Un Dios,un dado y un hereje cristiano
Por Charles Ginsberg
Enviado el 04/04/2016, clasificado en Intriga / suspense
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Sentado frente a la mesa, esperaba mi turno de suerte para vivir en desgracia el resto de mis días. Sólo hacía falta que el más minúsculo e insignificante objeto de la sala marcara un seis al volar y caer. Junté las manos y empecé a rezar a un Dios en el que no creía, como última bala de esperanza, con el único fin de no padecer en una sucia acera, llorando para comer un trozo de pan, si es que acaso me quedaba dinero tras conseguir los polvos mágicos que evadirían mi mente y me llevarían a otro lugar, aunque fuera tan sólo por un instante. Prometí convertirme a su religión, y fue así como conseguí el seis y todo lo que ese patético número traía consigo. Y es que al parecer estaba de suerte con Dios, ya que a su secta le faltaban fondos de afiliados para llegar a fin de mes.
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