Se terminaron el cigarrillo, se levantaron y torcieron la esquina, Marta pronto las perdió de vista y se quedó en la venta dudando si esperar a que pasara más gente y analizarla o ir a hacer otra… ¿ha hacer qué Marta?
La calle se quedó vacía, la verdad es que muy poca gente pasaba a esa hora, tanto el hombre como las muchachas habían sido una excepción. No vivía en un lugar muy céntrico, pero ella lo había querido así y, la verdad, ahora se arrepentía. Si su calle fuera una de más tránsito, seguro que ahora hubiera pasado más gente, más personas a las que ella analizar, más hombres y mujeres a los que ella les crearía una vida, una existencia e incluso les crearía el destino que les espera. Siempre se decía que cuando volviera Fátima, la chica que le habían asignado en servicios sociales y que venía una hora por la mañana para asearla, le daría dinero para que le comprara una libreta y un bolígrafo. Anotaría en ella todo lo que se le ocurría en esa ventana, todo lo que imaginaba de esas gentes y lo usaría el día de mañana. O no…
Decidió apartarse de la ventana e ir a la cocina a por algo de comer, era casi hora de cenar y el hambre empezaba a hacer mella. Porque eso sí que no lo había perdido, el apetito, aunque de buen seguro no tardaría en hacerlo. No le faltaban ya muchas cosas por perder, y es que de momento no tenía trabajo, no tenía marido, no tenía a sus hijos, no tenía su cuerpo que andaba por otro lado…¿Qué tengo?, se preguntaba Marta muchas veces.
Qué triste, que triste es, pero de momento lo que tengo…es crear vidas a través de la muerte. Pero si la muerte se piensa que me voy a rendir, que voy a tirar la toalla, que voy a sacar la bandera blanca, que voy a sucumbir, a caer…lo lleva claro, se dijo Marta en voz alta saboreando un panecillo de queso con lechuga y mayonesa. No he venido a jugar esta partida, porque nuestra existencia al fin y al cabo es una partida, para que cuando pierdo olas fichas no se mueven por donde quiero, abandonar a la primera de cambio. No señor, no me rendiré, cambiaré de estrategia y…seguiré jugando
FIN
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