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La vida es un devenir de sorpresas gratificantes, solo hay que saber captarlas y apreciarlas. Lo atrayente de ellas es que no se las espera…... A veces son desagradables y nos golpean en el rostro, el corazón y el alma. No importa, debemos incorporarlas, y enfrentarlas. Mientras más rápido logremos que desaparezcan, será mejor nuestra vida.
Con las otras, las que nos provocan sonrisas, seamos lentos en vivenciarlas y dejemos que se apaguen como la llama de una vela en la quietud de una habitación y sabiendo que aún cuando su lumbre se haya ido, podremos seguir sonriendo al traer a nuestra mente, los recuerdos que serán eternos y para siempre.
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