Otro viaje de trabajo (día 1)

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Desde mi aventura con Andrés, mi matrimonio se fue consumiendo poco a poco. No culparía del todo a Andrés, simplemente creo que la incompatibilidad con Julio se fue acrecentando por varios y diversas razones hasta terminar en constantes peleas y la inevitable separación. El proceso de divorcio ha sido muy extenuante, me ha afectado en el trabajo y ha consumido muchas de mis fuerzas. No puedo negar que pienso en ocasiones en Andrés, pero lo que tuvimos fue una aventura, sabíamos que no podía ser de otra manera, ambos casados, disfrutando una vez de lo prohibido.

Mi vida iba pasando, hasta que en el trabajo me pidieron ir a Rumania a ayudar en un proyecto a nuestros colegas. Como estaban las cosas en ese momento, y a pesar de mi gusto por los viajes, no sentí ninguna emoción, me daba igual, luego pensé que alejarme aunque sea unos días de la rutina diaria y gris en que me había sumergido sería un cambio agradable.

El mesenger saltó indicando un nuevo mensaje, el nombre de Andrés apareció, había pasado mucho tiempo sin que trabajáramos juntos y me pareció algo extraño, no demasiado pues a pesar de no trabajar juntos, Andrés de vez en vez pasaba a saludarme o me escribía para saber como me encontraba. Su mensaje me dejó intrigada, preguntando sobre si ya había empezado a planear mi viaje, contesté que no, que no había puesto mucha atención en ello. Andrés me recordó que estaba por expirar el tiempo mínimo para solicitarlo y reservar todos los detalles. Se ofreció a ayudarme para que las reservas fueran iguales, lo cual fue un golpe de regreso al mundo y una sensación de culpa e ilusión me impacto. Andrés me explicó que él también iba a ayudar en el proyecto, mientras mi mente su sumergía nuevamente en una bruma de sentimientos encontrados, nuestra situación ahora era diferente, él seguía casado y yo no, y no estaba segura de poder manejar una aventura nuevamente, sin embargo el deseo derivado de los recuerdos me consumía. 

Esa noche en mis sueños reviví aquella noche maravillosa que pasé con Andrés, solo que esta vez solo pude masturbarme para saciar mis deseos, entre tanto problema se me había olvidado que esa parte de mí también necesitaba atención, y aprovechando la excitación de los recuerdos que hacían que mi vagina se lubricase me regalé un orgasmo mientras mis labios solo podían susurrar su nombre y mi cuerpo ardía pidiendo tenerlo solo a él.

Pasaron los días y la fecha del viaje llegó, debo confesar que cierta ilusión se había instalado en mí y esos días habían sido más llevaderos y cierta excitación por el viaje se despertó en mí. Preparé mi maleta con cierta atención y me preparé tanto personal como en cosas del trabajo para poder disfrutar del viaje. 

Andrés y yo reservamos asientos juntos en los vuelos a US y a Europa, sería un viaje largo de varias horas, 3 vuelos para llegar a Rumania. Sabía que era una locura pero también recordaba lo bien que la pasaba platicando con él. El primer vuelo fue sin contratiempos, sin embargo nuestro segundo vuelo fue retrasado por mal tiempo, eso nos dió más tiempo de lo esperado en el aeropuerto, donde la pasamos platicando y poco a poco fuimos recuperando la confianza que habíamos tenido tiempo atrás, los coqueteos empezaron a aflorar y esa sensación de seguridad me fue invadiendo.

Este segundo vuelo sería el más largo y el cansancio me invadió y me quedé dormida por un tiempo, el frío del avión me despertó, ya todo estaba oscuro denotando que ya era noche, noté que estaba cubierta con una frazada, miré a mi lado y Andrés que estaba leyendo volteó y me dijo que había visto que tenía frió y me tapó, le comenté que de todos modos tenía frío y con una sonrisa me ofreció sus brazos, pensé por un momento rechazar su oferta, sin embargo me recosté entre sus brazos cubriéndonos con la frazada, en poco tiempo comencé a sentir el calor de su cuerpo que combatía el frió de la cabina. Me aferré a su brazo mientras mi cuerpo descansaba junto al de él, un deseo irrefrenable comenzó a crecer en mí y tomando su mano la dirigí a mis pechos, mis pezones ya endurecidos reclamaban atención, él comprendió lo que mi cuerpo pedía y comenzó a acariciar mis pechos con delicadeza, no se que tiempo pasó mientras me acariciaba, pero en el momento adecuado su mano comenzó a andar hacia mis pantalones, desabrocho el botón y con mano experta llegó a mi pubis, sus dedos comenzaron a jugar con mis labios mientras se abrían lentamente respondiendo al delicioso estímulo, mi cuerpo respondió humedeciendo mi vagina al suave contacto de sus caricias, mi clítoris creció para hacerme disfrutar del momento, la estimulación de sus dedos danzando y entrando en mí fueron llevándome a un orgasmo, aquel tan anhelado orgasmo del que hacia tiempo no disfrutaba, mis gemidos los ahogaba mordiendo la frazada y apretando fuertemente su brazo. El orgasmo y el cansancio me sumieron nuevamente en un sueño profundo y placentero, mucho tiempo que no dormía con esa sensación de calma y seguridad.

Al amanecer un beso tierno en mi frente me despertó, llegamos a Europa, y era hora de cambiar de avión para llegar a nuestro destino, Rumania. Durante el tiempo de espera todo transcurrió con normalidad, no tocamos el tema de lo que paso la noche anterior, pero Andrés me trataba con su delicadeza y caballerosidad y me hacia sentir en las nubes.

Llegamos por fin a nuestro destino, todo sin novedad, estábamos en tierras rumanas, al llegar al hotel, viendo a Andrés hacerse cargo de todo, su seguridad, el deseo comenzó a devorarme, cuando recibió las llaves de nuestros cuartos y volverse hacia mí le vi en sus ojos que el mismo deseo lo estaba devorando. Nos dirigimos primero al que sería mi cuarto, en cuanto abrí la puerta supe que no iba a dejar que el llegará a su cuarto, no por el momento. Lo jalé y lo besé, sentí una flama ardiente dentro de mí. Nos devoramos con besos y caricias, me llevó a la cama y comenzó a penetrarme, mi vagina era un mar de deseo que recibió su pene sin ningún obstáculo, ahora en la intimidad del cuarto deje que los gemidos provocados por las contantes penetraciones salieran mientras mi cuerpo y mi mente se enfocaban en disfrutar, un orgasmo se generó espontáneamente y mi vagina y mi cuerpo se convulsionaban, él comenzó a penetrarme con más intensidad hasta que las contracciones de mi interior se sincronizaban con los espasmos de su eyaculación, generando la sensación más hermosa. Nos recostamos uno junto al otro, sabiendo que teníamos mucho tiempo por delante pues el viaje apenas comenzaba.


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