La búsqueda: 3ªParte: Dudas que son veneno.
Por JotaRM
Enviado el 11/04/2016, clasificado en Amor / Románticos
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Pueden buscar en mi perfil las 2 primeras partes de esta historia.
-Posadero: Si el caballero va a pasar la noche en la posada, debe darme su nombre para el libro de registro.
-Caballero: Numen.
La habitación que pude pagar en aquella humilde posada no fue gran cosa, pero no sabía cuánto tiempo iba a pasar allí, y mi presupuesto es limitado, en cualquier caso, si paso otra noche durmiendo en el carro, acabará pasándome factura.
El posadero puso a mi disposición algo de madera con la que calentar agua, así que esa noche me di una larga ducha, durante la misma estuve reflexionando largo y tendido sobre cuál debía de ser mi próximo paso, que debía de hacer, y llegué a la conclusión de que antes de hacer nada, debía de informarme sobre ella, así que me fui a dormir.
A la mañana siguiente desperté con una sensación de vacío, casi como si tuviese algo de resaca, pero no había tomado alcohol, hasta unos segundos más tarde no pude identificar el problema ¡Era eso! Pensé, esta noche no he soñado con ella, por primera vez en semanas… ahí sembré la semilla de la duda. Ayer me vio, no soy lo que buscaba.
Más tarde, entré en una taberna cercana a la plaza del pozo y pedí algo de comer y beber. A pesar de no ser una persona especialmente sociable, me acerqué al tabernero y a varios de los parroquianos con el fin de preguntarle por la chica, pero la información que iba recaudando no hacía más que aumentar la duda, regar la semilla. El tabernero me comentó que había llegado hacía un par de días, que no la había visto nunca, dijo que parecía estar buscando a alguien, los parroquianos me comentaron que por su aspecto debía de ser una de esas mujeres que cobran a los hombres a cambio de favores sexuales, otro comentó que la había visto con varios hombres, que posiblemente no fuese más que una caza fortunas y una ramera. Esas palabras me afectaron especialmente, y es que en realidad yo no tenía ni idea de qué clase de persona era ¿Con que tipo de hombres había estado? ¿Estará ahora con alguien? Al final le di tantas vueltas a la cabeza que llegué a pensar que estaba haciendo el idiota ¿Para que ir tan lejos? Un hombre como yo que siempre ha sido un solitario no se merece a nadie que le quiera, debo estar solo, como siempre, llegué a deprimirme, perdí todo el apetito, dejé allí la comida, me llevé una botella de vino de la casa y me marché a caminar, la semilla había florecido.
Durante mi caminata tan solo pude divagar por mi mente hasta empeorar mi situación, a tal punto llegué, que pensé que no merecía la pena seguir ¿Qué sentido tiene? Nada en mi vida merece la pena. Entonces lo sentí, alguien posó su mano sobre mi hombro, me hizo darme la vuelta y… allí estaba, era ella, era Musa, me abrazó con tal fuerza que la botella de vino se me cayó, vertiendo su líquido sobre el árido suelo. Por un momento lo olvidé todo, mi pesar, mi pena, mis dudas, y le devolví el abrazo con la misma fuerza. Un instante después, sin llegar a soltarla, le hice una pregunta:
Numen: ¿Por qué has venido hasta aquí?
Musa: Soñé contigo.
¿Continuará?
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