El miedo es ese monstruo que te agarra de los pelos impidiéndote salir; que te susurra al oído lo horroroso que es el mundo, lo terrible que es la gente, el daño que puedes sufrir. Una persona con miedo, más que persona, es presa; de sí misma, de los otros, de la voz de su cabeza. Ese bicho en la barriga que te avisa del peligro cuando el peligro es ficticio, cuando salir a la calle y hasta preguntar la hora, es lo que más se parece a saltar de un precipicio. Te roba sueños y ganas, esperanzas y pasiones; todo eso ya no importa si en mi cabeza se cumplen mis peores previsiones. Pero el miedo, como todo, está en la mente de uno y se puede controlar; está demostrado ya, que de lo que pasa dentro, más del 90 por ciento, nunca llegará a pasar.
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