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Yo tenía prisa y corrí hacia aquel viejo elevador, pero las puertas se cerraron y pensé; tendré que subir las escaleras que tanto odio, el subirlas y realizar el esfuerzo físico no me preocupa, la desgracia es quien ira delante de mí, de verdad no sé si les pase, pero es inevitable … y cuando digo inevitable, es porque es inevitable mirar el trasero de la persona que va delante nuestro, de verdad, o acaso solo a mí me sucede.
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