CUANDO EL JARDIN VUELVA A FLORECER

Madelaine,estaba sentada frente al amplio ventanal que daba al jardín.Su hermoso rostro reflejaba una dulce melancolía.Llevaba su cabello  desmayado sobre sus femeninos hombros.Sus  manos sostenían un libro forrado con un delicado terciopelo color rubí;sobre su portada se apreciaba una figura de corazón con un grabado que decía J Y M y en el lomo del libro un título"Versos para mi Amada"

¡Cuántas noches se había sentado en esa silla con el libro,cuántas veces había leído uno tras otro esos versos que conocía de memoria,sí...¡ cuántas veces había llorado y suspirado recordando un pasado que se negaba a olvidar!

Cerró los ojos  y abriendo el libro leyó casi susurrando...

Contemplo silenciosa las estrellas

maravillándome sus mil fulgores

y siento que renacen mis amores

contándole a la noche mis querellas.

No abrió los ojos mientras aparentaba leer.Ella conocía cada página,cada línea,cada verso...siguió susurrando...

no sé si es mi corazón el que lo añora

o este triste silencio que me anima

recrea su rostro mi alma soñadora

y entonces su recuerdo me lastima.

Madelaine abrió lentamente sus negros ojos y suspiró hondamente.¿Otra vez con ese libro?! Dios mío Antonio!  que me vas a matar de un susto,por qué entras sigilosamente,te he dicho muchas veces que no me gusta que me espíes-No lo hago Madelaine,recuerda que ésta también es mi casa y tú mi esposa no lo olvides-lo sé no tienes  que recordármelo.

Antonio y Madelaine tenían seis años de casados y dos hermosos hijos;Geansel, una preciosa niña de cabellos rubios y ojos de color ámbar y el pequeño Augusto de cabello rizado y ojos café.

Se habían casado casi por compromisos sociales,pero ella nunca lo había amado y él lo sabía,pero aún así seguían juntos,quizá por los hijos,las apariencias,por miedo o comodidad.

Ella había estado enamorada de un brillante estudiante y compañero de universidad,el cual no era aceptado por su familia,por ciertos prejuicios religiosos.Él se marchó de la ciudad para  continuar sus estudios de ingeniería en la capital del país.Había sido él, precisamente,quien le había regalado el libro de versos que ella tan celosamente cuidaba.

Antonio sabía de los sentimientos de Madelaine,sabía que ella seguía amando a ese hombre,al cual él odiaba con todo su corazón.Algunas  veces ,con cierto sarcasmo,le hablaba de amores frustrados,de desdichas eternas y de amantes envenenados.

Su nana era su fiel confidente.Sabía lo  desdichada que era Madelaine...Por qué no se divorcia mi niña? Por qué no va en busca de su felicidad?usted sabe que él la ama todvía,por qué no quiere ser feliz?...calla nana no digas tonterías,estoy casada y tengo dos hijos no lo olvides.¿Entonces se conformará con ese libro y el jardín?...sí nana sólo eso me queda.Mi niña,ese jardín no ha producido ni una sóla rosa desde hace seis años.Sí,desde que él se marchó.Me he prometido,nana,que lo buscaré cuando el jardín vuelva florecer,y lo haré nana,lo haré.

La mañana estaba gris y fría ,Madelaine se detuvo frente al ventanal que daba al jardín. Pasó la mirada casi indiferente por sobre las rosas, que a pesar de estar  muy cuidadas,hacía mucho tiempo que no florecían;sin embargo esa mañana vio una grande y hermosa rosa roja adornando su jardín...!nana,nana,ven pronto¡ .Mira que hermoso regalo tengo hoy.

En ese momento llegó la nana,con el semblante completamente pálido y sus temblorosas manos sostenían el periódico que estaba a punto de caer...qué pasa nana?por qué estás temblando y a punto de llorar?La nana le entregó el periódico y se dejó caer sobre una butaca.Madelaine mira la portada y lee con voz entrecortada"Joven ingeniero muere en trágico accidente" su rostro palidece y un llanto ahogado sale de su garganta,mira hacia el jardín,y siente como una fría daga atravieza su frágil corazón.Allí,en su jardín, la hermosa rosa parecía mirarla  con un profundo y verdadero amor.