Superman en Madrid ( 2ª parte )

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Ya por fin me dejan marchar. Antes de ir al hotel en taxi, no vuelvo a ir volando, me paro a comprar unos pañales.

Debido al esfuerzo sufrido estos años, cuidando de que New York sea segura, tengo problemas con la próstata y no retengo bien.

Como aquí en España no me conocen, voy a ver si llevo a remendar el traje de superhéroe, porque para evitar que me descubrieran allí, siempre lo he tenido que remendar yo, pero ya de cerca no veo un pimiento.

El taxi me deja en la puerta del hotel. No parece tener mala pinta, cuando percibo por mis ondas ultra sensoriales la llamada de auxilio de una dama en peligro.

Busco una cabina, pero no se porqué aquí no hay ni una cerrada, así que tomo la determinación de meterme en una tienda de lencería y me cuelo en uno de sus probadores.

Cuando salgo del mismo, una señora, mas bien llenita, no para de descojonarse de mi. La verdad es que la pinta no es buena. Un traje a jirones, un calzoncillo rojo, por el que asoma el empapador que me he puesto por las perdidas de orina y la capa descolorida de tanto lavarla, tiene un color rosáceo que ya no apunta maneras. Me miro en el espejo y decido dejar perdida a la pobre mujer, seguro que ella sabrá defenderse sin mi ayuda.

Me encamino al hotel y decido olvidar mi rango de superhéroe y dedicarme de lleno a mis vacaciones.

Lo primero que pregunto es por una tienda de arreglos de ropa para ver si me pueden solucionar el problema de imagen que tengo en estos momentos.

Ya por fin y tras un breve descanso, me calzo unos vaqueros, camisa a cuadros y me quito estas absurdas gafas que llevo para ocultar mi imagen habitualmente.

Siempre he pensado que los habitantes de Nueva York son algo gilipollas, que unas gafas y un caracol en mi flequillo sea suficiente para que no se me reconozca. No quiero pensar un día de carnavales allí, seguro que no se reconoce nadie en toda la ciudad.

Camino dirección a la plaza mayor, allí pienso tomarme ese  "Relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor", que aún no se muy bien que cojones es, pero seguro que por quien me vino recomendado estará bueno.

En el camino paso delante de la puerta del sol, es increíble la cantidad de personas que hay aquí. ! Coño, hasta están Bob esponja, Micky y Batman!, que bajo ha caído este, que hasta cobra por hacerse una foto con el.

 Ya en la plaza mayor, me siento a tomar eso que me han recomendado y al ir a pagar, me doy cuenta que me han robado la cartera. Seguro que habrá sido el capullo ese de Batman, que me tiene mucha tirria.

Trato de explicárselo al camarero, pero creo que no lo entiende muy bien y se piensa que me estoy chotando de el, porque al poco aparecen una serie de antidisturbios, que entre porrazo y porrazo, me meten de nuevo en una comisaria.

Otra puñetera noche que paso en el calabozo. No se para que leches he pagado el hotel.


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