El secreto de la Patagonia

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El secreto de la Patagonia

(¨Patagonia, Close encounters of the third kind¨)

A principios del verano de 2012 la pandilla de párvulos del vecindario, recibió del viejo, el relevo generacional: su antigua radio de onda corta que sonaba desde la segunda guerra mundial. La misma en la que el vecindario, escuchó desde las falsas alarmas durante la crisis de los misiles, hasta los manifiestos de amor y paz, durante el suplicio de Vietnam. Sin duda la pandilla comenzó entusiasmada la aventura del radio aficionado, cuando la internet tenía ya hundía en las penumbras aquella noble disciplina, pero sin cuestionarse, los chicos aprendieron con rapidez a sintonizar y responder a ultramar con los más extraños personajes del orbe radial, para escuchar fragmentados mensajes, interesantes unos, desgastados otros.
 Así desfilaron con sus curiosos acentos y exóticos argumentos perdidos en la historia contemporánea, guerrilleros bolivianos, subastadores rusos, piratas chinos, indígenas mexicanos, incansables jugadores de ajedrez, brasileños, coreanos y españoles, combatientes africanos, misioneros de Utah, un olvidado ex campeón italiano de futbol,  un viejo patriarca australiano y una imitadora turca de Gardel.
Las conversaciones se volvían cada vez más extrañas e hilarantes, hasta que llegó el turno de un par de chicos que decíanse vivir en una aldea alemana perdida en la Patagonia. Despreocupadamente dijeron ser depositarios del secreto más importante de la humanidad. La pandilla guiada por el sentido del humor y la imaginación, negoció el secreto de los germano-argentinos a cambio de la narración de comics atrasados que sorpresivamente fueron considerados como portentosas ediciones del futuro, por los chicos de las aisladas y remotas tierras gauchas. Aquellas ediciones en realidad estaban olímpicamente accesibles en la internet. Así la pandilla obtuvo algo inverosímil: frecuencias y fechas para comunicarse con extraterrestres.
 Inocentes y emocionados los miembros de toda la pandilla siguieron las instrucciones de sus colegas del sur, para lograr lo inaudito: conversar con supuestos extraterrestres. Y lo absurdo sucedió. Los alienígenas resultaron grandes y desinteresados conservadores, sencillos y hasta divertidos. Haciendo gala de su extraordinario conocimientos de la cultura e historia de la tierra, ofrecieron a la pandilla increíbles versiones alternativas de nuestra historia, contrastandola irrisoriamente de las versiones oficiales. Los alien también demostraron conocer particularidades de la vida personal de los chicos de la pandilla, gracias al prodigio de su telepatía (que dicho sea de paso les permite saber cómo ser tan simpáticos) En el colmo de la complacencia extraterrestre, ellos accedieron a resolver parte de las tareas escolares e incluso auxiliaron en la redacción del argumento principal de la tesis universitaria del despreocupado hermano mayor inscrito en la Facultad de Matemáticas. Para ello los extraterrestres usaron magistralmente el clásico método socrático de la mayéutica (la técnica del parto espiritual desarrollado en la antigua Grecia). Al final el hermano mayor y sus profesores sin dar crédito del testimonio de la pandilla concluyeron haber recibido ayuda de un bromista pero brillante matemático “underground”.
Los alienígenas además de confesos aficionados a los videojuegos (de los cuales declararon haber programado varios de los más famosos del mercado terrícola), decianse  utilizar y controlar toda la tecnología militar terrestre, y también, saber curar cualquier enfermedad humana, con medicamentos que ignoramos, pero que han estado a nuestro alcance desde la prehistoria. En alguna de esas alucinantes conversaciones,  dieron las instrucciones para sanar exitosamente a un pequeño hermano enfermo de asma, con solo infusiones de hojas. Y a petición de los chicos, los alíen manipularon la mente de un violento pandillero y miembro del KKK que decidió retractarse y reinscribirse a la escuela. Así se fundó la confianza de la pandilla. Finalmente los chicos se atrevieron a solicitar lo que todos desean: un encuentro personal con los extraterrestres. Y ellos accedieron. Al efectuarse la anhelada reunión, el menor de los chicos de la pandilla se aproxima a una de las extrañas luces que anteceden a la llegada de los visitantes y sorpresivamente, cae inconsciente en coma. Justo después, las trasmisiones extraterrestres cesan. La pandilla frustrada después de mucho insistir sin resultados, terminan por hacer silencio  radial. Tardíamente el más escéptico de los chicos sintetiza para sí, las inquietantes preguntas que nos surgen a todos: ¿Qué buscan?, ¿Qué quieren en nuestro planeta, los extraterrestres?. Y la respuesta, es el silencio absoluto. Entonces casi imperceptiblemente en el interior de la cabeza del chico escéptico, surge una voz familiar:
- Lo que queremos, lo hemos conseguido desde hace mucho tiempo. Cambio y fuera, pequeño terrícola.


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