Ir al baile, en un tractor
Por Jesús A.
Enviado el 16/04/2016, clasificado en Infantiles / Juveniles
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En aquel tiempo, si queríamos ir a un baile, de noche a otro pueblo en las fiestas de verano, teníamos que ir caminando. Pues además de no tener coche: en aquel pueblo de campo, ni carretera había por donde pudieran circular; para poder coger alguno que te pudiera llevar, aunque fuera pagándole. Por eso, cuando el único vecino que en el pueblo tenía un tractor, se ofreció a unos pocos, para llevarnos en él al baile, de un pueblo que estaba como a unos 10 kilómetros: todos aceptamos gustosamente, porque nadie tenía ganas de caminar tanto camino, sobre todo cuando se tenía que regresar a las tantas de la madrugada (aunque no era la primera vez, ni luego la última, que lo hacíamos). Así, a la hora acordada, los que estábamos allí y otros que luego también se unieron, salimos en el tractor para la fiesta, llegando sin novedad.
Sin embargo al regresar, el tractorista venía distraído, con el tractor a toda marcha cuesta abajo, por una recta del único trozo de carretera que había, antes de llegar al camino y en el cruce que tenia que apartar, le dice el copiloto ¿por aquí es? a toda marcha tal como venia giró, dando la vuelta el remolque en la curva, yendo nosotros a parar a un zarzal, que nos frenó, sino caeríamos por un barranco, que en el fondo hay un río.
Al final, todos teníamos rozaduras y raspaduras; un compañero se arrancó una uña, aunque no pasó nada grave más. Solo quedo una frase pronunciada por un compañero un poco falto, ¿VENIAMOS A 150?, esa frase se pronunció desde aquel momento muchas veces. ¿Hombre a 150 en un tractor? digo yo. Ni que fuera un coche de carreras.
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