Un premio en una tómbola

Antonio, pocas veces había jugado en una tómbola, porque los juegos no son cosa que a él le enganchen. Sin embargo, estando en una fiesta con un compañero, que le gustaba jugar: al final también Antonio jugó  dos o tres boletos y en uno de ellos le tocó un premio a elegir entre varias cosas; de las que escogió a una báscula digital de baño. Con ella se fue muy contento para casa, porque ya tenía pensado comprarse una.

Aunque la báscula al final, no le valió de nada. Pues solo se ponía a funcionar, cuando pisaba a su alrededor, porque si se ponía encima, ya no funcionaba. Se la enseñó a un entendido, el cual le dijo; que tenía materiales muy malos y que no valía la pena arreglarla. Entonces, Antonio la arrojó a la basura. Luego se preguntaba; ¡¡de que vale ilusionarte con un premio de una tómbola, si luego no vale para nada!!