Cuando abrí la puerta de la casa, no se escuchaba ningún ruido en ella. Era ya la hora de comer, el momento neurálgico de la casa... y allí no había nadie. Era muy extraño. Se veía todo hueco, como si la casa hubiera perdido su alma. Pasé por el comedor, donde tantas comidas había compartido con mi familia, las peleas con mis hermanos... y tras recorrer toda la casa en busca de algo de vida, acabé en mi antiguo cuarto, y me tumbé sobre la cama que veló por mi sueño tantos años... Los recuerdos empezaron a aflorar... Como un pase de diapositivas, todos los momentos de que había vivido allí desfilaron ante mis ojos, que se enrojecían y dejaban escapar alguna que otra lágrima.
Veía a mis padres y las fiestas de cumpleaños, las riñas con mi hermano, que no paraba de hacerme rabiar, las cenas y almuerzos familiares que tanto detestaba y de los que era imposible escaquearme, las Navidades en casa, recuerdos de hacer el árbol con mi madre, o cuando ella me ayudaba a preparar la tarea para el cole. Miles y miles de recuerdos pasaron por mi cabeza que no cesaban de pasar. Tantos años comprimidos en esas imágenes...
¿A esto se refería Sonia a "encontrarse a sí mismo"? ¿Esta sensación de revivir mi pasado? ¿Iba por buen camino?... Mis pensamientos se interrumpieron con la voz de mi madre, que me llamaba. Abrí los ojos y me giré para encontrarla, pero allí no había nadie. Había sido producto de mi imaginación... pero parecía tan real... Cuando miré el reloj, me di cuenta de que me había pasado varias horas tumbado, puede ser que me quedase dormido sumergido entre los recuerdos.
Decidí que ya había hecho lo que tenía que hacer por aquí, y me fui al siguiente destino... unpoetaenunbanco.blogspot.com.es
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El miércoles volvió a amanecer, pero la sensación de pasotismo que me empezaba a invadir durante los días pasados se había esfumado por completo. La visita de Sonia había transformado esa sensación en urgencia e incertidumbre.
Durante el día anterior no había parado de pensar en lo que me había dicho: "que me encontrara a mí mismo aquí dentro" había dicho. Tras mucho pensar, y teniendo en cuenta la situación tan rara en la que me encontraba, decidí no descartar la opción de encontrarme literalmente conmigo mismo en esta realidad. Lo que estaba claro es que debía hacer algo, ya que según parecía esta situación tenía fecha de caducidad. "5 días" había dicho Sonia... ¿Quién sería ella?... En ningún momento dudé de que fuera real, puesto que su existencia implicaba que había una salida a todo esto. En cualquier caso, me autocorregí, ya sólo restaban cuatro días, así que no tenía tiempo que perder. Me vestí y salí sin perder un segundo. Sabiendo que tenía el tiempo limitado, no estaba como para malgastar las horas que me quedaban. Ni siquiera llamé al trabajo para justificarme. No merecería la pena. Salí de casa, cogí el coche y empecé la ruta que me había planificado el día anterior. Tras recobrarme del shock de la visita de Sonia, había empleado todo el día de ayer en decidir cómo iba a invertir estos cinco días para conseguir "Encontrarme a mí mismo". Para ello, había decidido visitar a aquellas personas que eran o fueron importantes en mi vida: Mi familia, mis amigos, exparejas... Puede ser que alguna de ellas pueda esclarecerme algo y me ayude a encontrarme. Como plan alternativo, visitaría todos los lugares importantes que habían sido relevantes en mi vida por alguna razón. De esta forma, pensaba que ya fuera metafórica o literalmente, conseguiría encontrarme. Había planeado hacer esa ruta a lo largo de mi vida en alrededor de 3 días, con tiempo suficiente para que, en caso de que nada de esto funcionara. Pudiera pensar nuevas ideas para poder salir de aquí. Así pues, me dirigí a casa de mis padres. Aquí es donde nací, donde me crié y por tanto, un sitio significativo en mi vida. No tenía dudas de que ese era el primer lugar donde ir a buscar respuestas.Cuando abrí la puerta de la casa, no se escuchaba ningún ruido en ella. Era ya la hora de comer, el momento neurálgico de la casa... y allí no había nadie. Era muy extraño. Se veía todo hueco, como si la casa hubiera perdido su alma. Pasé por el comedor, donde tantas comidas había compartido con mi familia, las peleas con mis hermanos... y tras recorrer toda la casa en busca de algo de vida, acabé en mi antiguo cuarto, y me tumbé sobre la cama que veló por mi sueño tantos años... Los recuerdos empezaron a aflorar... Como un pase de diapositivas, todos los momentos de que había vivido allí desfilaron ante mis ojos, que se enrojecían y dejaban escapar alguna que otra lágrima.
Veía a mis padres y las fiestas de cumpleaños, las riñas con mi hermano, que no paraba de hacerme rabiar, las cenas y almuerzos familiares que tanto detestaba y de los que era imposible escaquearme, las Navidades en casa, recuerdos de hacer el árbol con mi madre, o cuando ella me ayudaba a preparar la tarea para el cole. Miles y miles de recuerdos pasaron por mi cabeza que no cesaban de pasar. Tantos años comprimidos en esas imágenes...
¿A esto se refería Sonia a "encontrarse a sí mismo"? ¿Esta sensación de revivir mi pasado? ¿Iba por buen camino?... Mis pensamientos se interrumpieron con la voz de mi madre, que me llamaba. Abrí los ojos y me giré para encontrarla, pero allí no había nadie. Había sido producto de mi imaginación... pero parecía tan real... Cuando miré el reloj, me di cuenta de que me había pasado varias horas tumbado, puede ser que me quedase dormido sumergido entre los recuerdos.
Decidí que ya había hecho lo que tenía que hacer por aquí, y me fui al siguiente destino... unpoetaenunbanco.blogspot.com.es
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