–¡¡¡Que te vayas!!!
Los niños no querían jugar con Ariel. La cría había aparecido a la hora del recreo, molestado a todos con sus empujones y malas maneras hasta que la clase en bloque se opuso a su juego. A los gritos que desde el patio llegaban, tan distintos de los que estaba acostumbrada, la profesora Victoria salió corriendo a todo lo que le daba la amplitud de la falda, teniendo que gritar para poder imponerse a la descontrolada jauría de pequeños.
–¡Ariel nos está molestando! –gritaban los niños como uno solo.
–¿Ariel? –preguntó Victoria, descolocada, pues nada sabía de la pequeña ni de su madre desde hacía semanas. Y como las puertas del colegio se hallaban cerradas, siendo imposible que Ariel hubiera podido entrar, la joven castigó a los niños por alborotadores y mentirosos.
* * *
Ariel estaba sentada en un columpio a las afueras del colegio. Desde que su madre la abandonara, vagabundeaba sola por su nueva dimensión a la búsqueda de un compañero de juegos, pero hasta ahora todos sus intentos habían fracasado. «¿Quieres jugar conmigo?», oyó decir a su lado y una sonrisa del todo inquietante se le dibujó a la pequeña en la cara.
B.A., 2.016
Nota: Este microrrelato es continuación de "Juega conmigo"
http://www.cortorelatos.com/relato/20484/juega-conmigo/
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