Esta era una pulga, que por circunstancias de su vida, tuvo que viajar mucho; por eso desde donde nació, que fue en el lomo de una perra del campo, estuvo en el cuerpo de otro perro y después de estar en el cuerpo de estos dos. En donde más estuvo, fue en el cuerpo de las personas, de las que, su sitio preferido, era su lugar más íntimo, que era la zona, en que más calentita estaba y en donde mejores olores pudo experimentar.
Pero vamos por partes: la pulguita después de nacer en el lomo de la perra, pasó en segundo lugar por la barriga de un perro vecino muy pistolero: para luego más tarde, pasar por el brazo derecho de su dueño y de ese brazo un día saltó, para la parte más íntima de su mujer; en donde estaba muy calentita. Sin embargo, un día recaló en el bigote del butanero de aquella zona, por lo que, ya no estaba tan contenta.
Pero tuvo suerte, porque pronto pasó por la zona más escondida de su mujer y de ahí, un día recaló sin querer; en la barriga de un señor que pasó por esa vivienda, que pronto la traspaso al cuerpo de otra de sus queridas y así sucesivamente. De esta manera la pulga sigue viajando, sin saber dónde terminará su camino y que cada uno que piense lo que quiera. Aunque esta solo es, una pequeña parte de la historia, de la pulga viajera. Porque tiene por delante, muchos cuerpos que visitar. Pues estamos en la sección de humor.
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