Crisis existencial por decadas.

Ese despertar entre los rayos de sol de primavera.

Ese olor a lluvia, mojando los secos campos, en una tarde de verano abrasadora.

Esas risas de los niños mientras juegan alegremente.

Esas primeras palabras de amor y sentimiento que nos llenan en la adolescencia.

Ese primer empleo lleno de ilusión por triunfar.

Ese primer paso para la independencia.

Esa casita de cuarenta metros que se ha convertido en tu hogar.

Esas primeras comidas que no saben a nada o a quemado.

Esas noches de fiestas entre amigos.

Esa primera novia formal, con quien decides emprender una nueva vida.

Esa ilusión por tu ascenso en la empresa.

Esos años maravillosos de convivencia.

Ese primer hijo. Esos primeros pasos.

Ese paso efímero por la vida que nos trae todos estos recuerdos.

Entonces te das cuenta que tu vida ha sido gloriosa y que has tenido y sentido todo lo necesario para ser feliz.

Simplemente miras con añoranza todos estos recuerdos y piensas que ya no hay más recuerdos dulces por vivir.

Pero sobrepasado esto, empiezas a vivir de nuevo. Acumulas muchos y mejores recuerdos y te das cuenta que aún queda mucho por vivir.

Que los recuerdos que vas a dejar en un futuro, dependen de ti y sólo de ti.

Que si te apagas en una crisis existencial en un cambio de década, estás perdiendo ese preciado tiempo que llenar de recuerdos y sensaciones y que el mundo sigue girando y el tiempo no va a parar para esperarte.

Así que "VIVE".

Hazlo con la misma fuerza que hizo generaras todos esos recuerdos.

Hazlo porque aún queda mucho por vivir y mucho que disfrutar.

Haz que cada década sea un capítulo especial de tu vida y siente que estás escribiendo una historia que tu y sólo tu decides si va a tener un final feliz.