La luna llamada NEIM era coquetona y presumía de tener un palmito deslumbrante que enloquecían a los dos soles que se soportaban un día mal y al siguiente peor. Los dos soles también tenían su punto flaco, o sea su talón de Aquiles, al ser arrogantes .Uno de ellos se llamaba KISSAR y el otro RESS. O sea ya existían en el mundo estratosférico tres personajes increíblemente dotados para hacerse notar. Uno de estos soles lanzaban sus rayos para que la NEIM se asomara aunque solo fuera un ratito cada día y se asombrara del apasionado amor de los rayos del sol que ella los diferenciaba bien porque sin estar aun muy segura, algo en su pálido ardor la inclinaba hacía uno más que al otro. Pero ella para mantenerlos pendiente de sus jugueteos amorosos, mejor dicho ,de sus antojadizos coqueteos le sonreía a los dos; o sea a KISSAR:
_ “Ahí teneis, les decía, disfrutar cuanto querais, que mañana Dìos dirá”-
Pero… como si Dios no quisiera tal regocijo, disfrute o lo que habría a de venirles…comenzaba una especie de torrententera de agua semejante al hielo y
KIsar huyendo hacia su calentita casa dejaba a la intemperie al “enamorado” Ress liandose un bufandon así de grande para que la espera no le resultara imposible de soportar y dejara de ser el enamorado preferible que deseaba ser.
Y… por circunstancias que todos sabemos; pues…no pudo ser.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales