The FukBoy Vol. 5 Villanos de tercera y una vieja loca

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Inmediatamente, tras haber escuchado la noticia de que el villano Pisoneitor está en el distrito obrero de MudaFaka City, nuestros “héroes” corren hacia el lugar del acontecimiento, para detenerlo. Y no tendrían que ir demasiado lejos, pues ya desde la cristalera de la peluquería, podían verse los coches y escombros volando de aquí para allá.

—Pero, ¿quién demonios es Pisoneitor? —Pregunta FukBoy.

—Es una mala bestia —le aseguró Fusible—. Mitad hombre, mitad apisonadora.

—Trabajaba en el asfaltado de las carreteras cuando aplastó una mina experimental de plutonio que había colocado uno de sus compañeros para gastarle una broma —agregó HoodMan.

—¿Pero qué clase de compañero hace eso? —Se preguntó el muchacho.

—Uno un poco cabrón —le indicó Manolo—. Tras el accidente, quedó fusionado con la máquina. Ahora se dedica a destrozar la ciudad.

—¡Vamos a reventarlo! —Sugirió Demolición, a lo que su compañero, el hombre rana, le contestó con un severo: cro…, crack.

Una vez fuera, el enorme hombre apisonadora estaba aterrorizando al vecindario, destrozando con sus brazos aplastadores todos los edificios de los alrededores y acojonando a las marujas, mientras cruje sus motores mostrando a los lugareños los horrores de su poder.

—¡Pero si son ManInTheHood, y su pandilla de inadaptados! —Mencionó el enorme hombre apisonadora, nada más verlos, en un tono realmente despectivo—. ¡Que susto! Por un segundo pensé que vendría algún héroe de verdad.

—Que te den por culo Pisoneitor —le dijo HoodMan—. Te vamos a dar de hostias, y es HoodMan.

—Deja de cambiarte el nombre imbécil —le pidió la apisonadora.

—Y tú deja de ser tan capullo —le respondió HoodMan.

—De todos los héroes de esta jodida ciudad, han tenido que venir los más tontos —aseveró la apisonadora humana.

—¡Calla chatarra! ¡Te vamos a dejar para el desguace! —le amenazó el héroe de la capucha.

—¿En serio tío? —Le preguntó Fusible—. ¿No se te ha ocurrido otra cosa?

—¡Cierra el pico chispitas!

—¡Que me llamo Fusible, retrasado!

Pisoneitor no esperó a que cesara la discusión, y atacó sin más demora. HoodMan y Chispitas… digo Fusible, saltaron cada uno a un lado para evitar la terrible embestida que terminó por golpear un edificio cercano derriban un balcón desde el que miraba una vecina cotilla. El balcón calló directamente a la cabeza de Pisoneitor, y la vecina cotilla se quedó agarrada a un borde del edificio.

—¡Imbéciles! —Los llamó la vecina cotilla—. ¡¿De donde habéis sacado la licencia de héroes?! ¡Casi me mato!

—¡Está en trámites señora! —le aseguró HoodMan.

CroCrack Saltó hasta donde la vecina cotilla y la ayudó a volver a entrar en su casa. Mientras tanto, Pisoneitor no cesó su ataque. Manolo logró detener uno de sus golpes de martillo con sus manos. Fusible aprovechó el momento, subió por el brazo y alcanzó la cabeza, donde le propinó una fuerte descarga eléctrica. Pisoneitor trató de quitárselo de encima, pero al tratar de golpearlo con su brazo libre, terminó por darse en su propia cabeza. Fusible bajó a salvo, y mientras el villano estaba aturdido, Demolición también logró subir al puño que agarraba Manolo, colocó sobre él su palma y en cuestión de segundos, todos huyeron de allí. Pisoneitor comenzó a gritar y a agitar su mano, unos instantes después esta reventó en mil pedazos.

—¡Chúpate esa, mamón! —Le dijo el pequeño hombrecillo, con cara de perturbado.

—¡Tú puta madre vaquero mojón! —le respondió la apisonadora—. ¡Te mataré!

Pisoneitor se recuperó y con su mano sana logró derribar a manolo de un fuerte golpe que lo estrelló contra un edificio cercano, cegó a demolición con un chorro de aceite de carter, lo golpeó y quedó inconsciente. Por último, aplastó a Fusible de un pisotón. En un despiste, frente al villano, CroCrack saltó a su cara, pero al instante, lo derribó contra el suelo, aunque justo antes del golpe, HoodMan había saltado de la espalda de su compañero y aterrizó sobre la cabeza de Pisoneitor, allí comenzó a golpearle una y otra vez hasta que este se enfadó tanto que embistió un edificio con la cabeza, dejando a HoodMan también fuera de combate.

—¡Eh! ¡Pelo gallo! —Le llamó la apisonadora al joven mulato—. Solo quedas tu ¿Qué vas a hacer? ¿Vas a llorar?

—¡Te voy a reventar tu brillante culo metálico! —Le respondió, ante lo que Pisoneitor, no supo que decir.

FukBoy sacó su Ghetto blaster y colocó una vieja cinta en cuya carátula pone: ONYX. Pulsó el play, y ¡SLAM! da duh duh, da duh duh Let the boys b—boys. FukBoy comenzó a bailar break dance. Pisoneitor no tenía ni idea de lo que ese joven mulato trataba de hacer, pero en cuanto comenzó a atacar, lo comprendió, el gigante era totalmente incapaz de golpear a ese niño.

—Bien, no puede darme, pero, ¿qué hago ahora? —Pensó el muchacho.

Entonces, y sin que nadie pudiese ver que había pasado, Pisoneitor salió volando por los aires atravesando tres edificios cercanos. Cuando el joven pelo gallo miró a su derecha, tan solo pudo ver a una vieja estrambótica, delgada y alta, vestida con ropa juvenil, y con la pierna levantada.

—Tranquilo niño —le dijo la viaja—, esos edificios están deshabitados. Vaya pandilla de inútiles, os ha salvado una anciana, que vergüenza.

—Madan Vieja seca… —mencionó HoodMan—, lo teníamos controlado. ¿Qué haces aquí?

La vena en la frente de la señora, se hinchó tanto, que parecía que iba a estallar en cualquier momento. —Es Madan Vieika gilipollas, he venido a traeros la licencia de vuestra penosa Liga, no sé cómo lo habéis logrado, supongo que a alguien de arriba le ha hecho gracia.

—¡Sí! —Gritó demolición, haciendo estallar todo a su alrededor—. ¡Por fin Muerte a DirtyEar es una realidad!

—¿Qué pasa contigo perturbado? —Le preguntó la anciana—. A caso te han meado encima.

—¡Es aceite de cárter! —le aseguró el perturbado hombrecillo.

—Me importa un carajo —indicó la anciana—. Yo me piro, que os den morcilla.

Dicho eso, la vieja saltó a una azotea cercana y se marchó saltando de tejado en tejado.

—¿Y ahora qué hacemos con el villano? —Preguntó FukBoy—. ¿Lo llevamos a la cárcel?

—Lo llevamos al depósito de cadáveres y cobramos la recompensa —le indicó Fusible.

—¡¿Está muerto?! —Preguntó el joven sorprendido, pese a lo que había visto.

—La vieja le ha dado fuerte… —le aseguró Manolo—. No creo que se levante…, nunca.

—¿Y os parece bien cobrar la recompensa? —Preguntó el muchacho—. Di algo HoodMan.

—Tu querías una puerta en el baño —le recordó.

—Cierto.

—Hay algo que me inquieta —le dijo HoodMan al chico.

—¿A ti? ¿El que?

—En el volumen uno tenías un perro…

—¡Mierda! ¡DoggyNoBrand! Hace días que no lo veo, debería ir a echarle de comer. Y de paso veo a los chicos.

 


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