El gato y los pollitos (niños)
Por Jesús A.
Enviado el 04/05/2016, clasificado en Infantiles / Juveniles
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Menino, era un gato que vivía con sus dueños en una casa rural y lo que más le gustaba a Menino era vagar por las eras de los vecinos de aquella aldea y todos los alrededores, en busca de alguna presa para poder comer algo sabroso, como podían ser los ratones, que son los que más suelen cazar los gatos.
Aunque en lo que falló nuestro gato, fue fijarse como unas posible presas en los pollitos de un vecino, que vivían con su madre adoptiva la gallina Cacarea, dentro de un recinto con una valla, la cual Menino saltaba sin ninguna dificultad y una vez dentro, un día se puso a vigilarlos, mirando si le era posible cazar alguno para luego comérselo.
La gallina Cacarea cuando vio a Menino vigilar de aquella manera a sus pollitos, no le cupo la menor duda de lo que pretendía, por eso se puso en guardia para defenderlos con todas sus fuerzas, sin embargo, eran tantos los pollitos, que la gallina no podía atenderlos a todos y nuestro gato pudo cazar un pollito que se había alejado un poco, al que luego se comió fuera del vallado.
Le gustó tanto el pollito a nuestro gato, que al otro día probó de nuevo, a ver si podía coger otro: usando la misma táctica, de nuevo tuvo suerte y cazó otro al que después se merendó. Las cosas parecían marcharle bien a Menino. Pero cuando llevaba ya 4 pollitos cazados, la dueña de los pollitos se dio dé cuenta de que le faltaban algunos, por eso se lo dijo a su marido y este se puso a vigilar con una escopeta desde una ventana de su casa, a ver que bicho era el que les robaba los pollitos.
Estando un tiempo vigilando, apareció el gato Menino que de nuevo se puso en plan de ataque, para seguir con su caza particular de los últimos días y la gallina se puso en plan de defensa. Aunque esta vez le salió mal al gato, pues el hombre al comprobar de que era Menino el que comía sus pollitos, le disparó un tiro a su rabo y el gato huyó herido, aunque luego pronto curó, pero le sirvió de escarmiento, para nunca más volver a intentar cazar a otros pollitos para comerlos.
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