Un severo ataque de ansiedad

Además de dejar un dolor de espalda por dormir en el suelo, te planta en una realidad un tanto temerosa, porque sentir esa desesperación que te empieza a correr por las venas, ver como te invade el miedo y se te desbordan las ganas de llorar, y sentir como si de la punta de los dedos te fueran a brotar las lágrimas en su afan de buscar un esqcape, todo por contenerte los gritos.

El calor de tu cuerpo aumenta y disminuye conforme te acercas más a la limite de tu fuerza, ese hormigueo aumenta y te hace desear que cuchillos razguen tu piel y así pueda salir ese maldito deseo de correr hacia la nada... pero no pasa nada contigo; de nada sirve caminar en círculos por tu sala e ir de un cuarto a otro con ese correr tibio mas parecido a trotar, todo para intentar aminorar tus ganas de ir a despertar a toda tu familia y pedirles ayuda, que te abracen, que te besen la frente y te digan "todo va a estar bien". Pero son las 2 am y todos duermen, es de mal gusto cortar de sus sueños a alguien sólo para buscar un consuelo que sólo tu puedes darte, porque ese problema al final, es sólamente tuyo.