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Se oculta en el ocaso
de tus seniles días
la fuerza vigorosa
que otrora poseías
y va tu voz cayendo
como declina el día.
Tú fuiste ayer cual árbol
de fronda fresca y suave
tú fuiste cual labriego
curtido por el sol.
Admiraba de niña
esa mirada augusta
ese porte elegante
tu firme caminar.
Con cuanto orgullo padre
caminaba a tu lado
y con cuanta alegría
te llamaba papá .
En mi inocencia cándida
no imaginé siquiera
que los años doblegan
y marchitan la piel
ni que la nieve cubre
de blancos los cabellos
ni que la voz se apaga
como el atardecer .
Mas hoy estoy contigo
como antes tu a mi lado
aún más que ayer,te admiro
y más hoy te venero
le doy gracias al cielo
porque te tengo aquí.
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