La inmensidad del mundo interior de cada ser humano es, cuanto menos, sorprendente. A mí, personalmente, me parece un mundo fascinante. El mundo interior de una persona está formado por escalones de conocimientos, sentimientos, sensaciones, pasiones, puntos débiles... Realmente es complicado conocer a una persona por completo. Para empezar, es difícil conocerse a uno mismo, muchas veces porque ni siquiera nos damos la oportunidad.
No hay nada más placentero y constructivo que mirar dentro de uno mismo para descubrir el inmenso mundo que albergamos en nuestro interior. Pero para conocerlo, hay que ensuciarse las manos y escavar hasta las raíces mismas de nuestro ser. Un viaje increíble al centro de nuestra propia realidad que puede proporcionarnos una sabiduría inmensa. Y es que, cuando te conoces a ti mismo, ¿qué más puedes pedir?
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