Tiempo (Parte 2 de 2)

No entiendo cómo cambiaron sus sentimientos tan rápido sin motivo y digo sin motivo porque me ha negado que fuese por alguno de los que se me pasaban por la cabeza, según ella no hay un por qué.

Todas las razones por las que me quería en un mes desaparecieron por completo. Treinta razones que ahora ya no son lo que fueron. Me gustaría saber qué piensa sobre mí, qué se le pasa por la cabeza, cómo me definiría.

Pero es que creo que somos más parecidos de lo que creemos, que nuestra personalidad es más parecida de lo que imaginamos aunque en algunos momentos nuestra actitud no encajase. Por eso pienso que nos podríamos entender aunque no esté seguro por completo, porque no hay nada seguro, así que todo es posible.

Y es que he aprendido que en una relación hay que tener más libertad, hacer lo que te apetezca siempre desde el respeto y no agobiar ni presionar por nada a nadie. Que no hay que planear el futuro, que es mejor vivir el presente y aprender cada día de todo. Las cosas pueden cambiar y las personas se pueden adaptar, pues según ella, conmigo podía ser enteramente ella en todo momento. Me gustaría que la situación cambiase, que con hechos y no palabras se demuestren los sentimientos, tanto positivos como negativos. Ver aquellas cosas que supuestamente no encajan, conocer la verdadera personalidad y no confundirla con determinadas actitudes.

No hay que forzar nada, sólo hablar y no del pasado porque no se puede volver atrás, sino del presente. Aunque ya no estemos juntos se puede mantener el contacto entre dos personas que se aprecian, comparten gustos, fueron felices y tuvieron una relación muy bonita aunque con un final inesperado, porque el amor es maravilloso, pero también muy peligroso cuando las personas dejan de sentir, pues éste se acaba.

Es posible que este relato sea un caos tanto de redacción como de mis sentimientos, pero es que mi cabeza es un caos después de lo vivido.