Un hongo de fuego en medio de la noche,
bañando en sangre mujeres y niños,
asesinando familias por igual,
destrozando hogares, arrebatando vida.
Y no era más que otro día más,
en la vida de esos que miraran, inmutables,
la destrucción masiva
de un arma nuclear.
A base de ocultar la verdad,
mintiendo acerca de la realidad
consiguieron engañarlos a todos diciendo:
“Las necesitamos para defenderlos”
La gente miraba a otro lado y respondía:
“Está bien sí es para salvar mi vida”
Mas era una más de las mentiras,
que dirían aquel día.
Vivimos en un incierto futuro,
rogando que no comience la terrible
Tercera Guerra Mundial.
Pidiendo al cielo no ser despertados por el estallido de una bomba de destrucción masiva.
El fin de la amenaza,
tres campanadas en la noche
y un disparo letal:
El cielo se tiñe de naranja y los suelos de rojo sangre inocente.
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