Las viejas cacatúas se sentaron a tomar el té.
Comenzaron a hablar, tal cual gallinas en un corral. De sus bocas solo salían palabrejas hirientes dirigidas a personas que no estaban presentes.
Comen un trozo de bizcocho mientras le arreglan la vida al vecino de turno.
-Viejas cacatúas!- les grita una anciana de aspecto sucio y descuidado. Una de las señoras, muy ofendida, se da la vuelta y le dice a la anciana -oiga usted sin faltar-.
- Viejas, más que viejas, sois malas! - Grataba la anciana.
- Que en cacatúas os convirtáis y que lo malo que inventáis se vuelva para vosotras, ja ja ja….-
La vieja se marchó entre risas. Las cacatúas, perdón. Las señoras siguieron hablando y despotricando a todo hijo de vecino.
-Sabes que…, Bernarda - Decía Una.
-No, Alfonsa- Contestaba la otra.
- Me han dicho que a la hija de la portera le han hecho una barriga
Pero si no está casada, y peor aún no tiene novio. Menuda golfa - Gritaba Rita.
Bernarda seguía despotricando sobre la pobre joven y su familia.
-Lo peor de todo, es que no saben quién es el padre. Y los futuros abuelos, no tienen ni para comer.-
Como!!!- Gritaban las Señoras.
-Al parecer- continuó Bernarda - el porterito se lo gasta todo en whisky y prostitutas- AAAAHHHH que escándalo!!!- gritaban las tres señoras.
Bernarda seguía relatando su historia cuando de repente empezó a emitir un sonido extraño. Como si fuera un pájaro.
Bernarda!, gritó Alfonsa -Te salen plumas de la boca- .
Alfonsa!, dijo Rita - Te ha salido un pico en la cara-
Grgrua Grgggruaaaaa!!! Ahha ahhh!!!. A las tres señoras, les comenzó a salir pico, plumas, alas… Y en cuestión de segundos se convirtieron en lo que eran, unas cacatúas.
La hija de Bernarda, con 15 años quedó embarazada. No se sabe de quién, pues parece que fue en una fiesta de dudosa reputación en la que se consumió mucha droga.
A Alfonsa, la dejó su marido por una prostituta. Si si, y como nada sabía de Alfonsa, metió a la chica de mala vida en su casa. Durmiendo en su casa, y usando la propia ropa de Alfonsa.
Rita era solterona, así que cacatúa se quedó. Bueno no… la pobre murió de un perdigonazo.
La vieja de aspecto sucio, no paró de reír. Y mientras reía gritó: cuidado con lo que se hace en la vida, pues en función de lo que seas y hagas en eso te convertirás.
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