Diciesiete de Abril

Hoy me he levantado y me he acordado de que  Ángel nos dejó, al menos físicamente, porque siempre estará conmigo, hace un mes. Y quién es Ángel, os preguntareis. Ángel era mi compañero, mi amigo, mi vida, mi razón de seguir viviendo.

Nos conocimos hace veinte años. Los dos viudos. Él no tenía hijos, yo cuatro.

Estos últimos años hemos disfrutado de la vida. Éramos libres, no teníamos que dar explicaciones a nadie,  a pesar de que a mi segunda hija, “la amantis religiosa”, nunca le gustó nuestra relación, alegando no sé qué historias de distancia, él vivía en Iruña, fíjate que lejos, a una hora de casa por la autovía.

Desde hace unos dos años, Ángel debido a su debilitada salud, vivía conmigo, solo se ausentaba cuando iba a sus visitas médicas…...

Mi hija, la menor, se encargaba de su medicación, de su insulina, vaya estaba pendiente de él, constantemente.

Han pasado tantas cosas en estos últimos dos años que quizás os las cuente en otro momento………

El diecisiete de abril por la mañana, mi hija me lo comunicó: “Ama Ángel se nos ha ido”. A  partir de ese momento, muchas cosas han cambiado en mi vida……

El beso de buenos días y buenas noches, el café con curasan de media tarde, las tardes de domingo viendo y oyendo el futbol y los partidos de pelota…….

Tengo una foto de él, justo en el altillo de la figura del Corazón de Jesús, y siempre cuando me levantó y me acuesto, la cojo y le doy un beso…….