Rebelión de Wat Tyler
La Rebelión de Wat Tyler, o Revuelta de los campesinos de 1381, ha sido una de las insurrecciones de los ciudadanos de la Edad Media en Europa y fue un notable acontecimiento en el pasado de Inglaterra. Este levantamiento contra los impuestos además de ser el más violento de la cronología de los ingleses, es la que tiene más información de la época medieval. Cabecillas de la revuelta como Jhon Ball, Wat Tyler y Jack Straw, continúan en las mentes de las nuevas generaciones, aunque se sabe poco de ellos.
Sin embargo la revuelta no fue un éxito, por eso uno de los motivos de por qué la rebelión ha tenido fama, fue porque señala el comienzo de la finalización de los siervos en la Inglaterra del medievo, incrementó la emotividad entre los más poderosos para llegar a creer que hacía falta un cambio en el estado feudad del país y con eso eliminar la extrema pobreza de la mayoría de los ciudadanos, que estaban como si fueran unos esclavos.
Causas de la revuelta: Los líderes organizaron una revuelta mirando a las insurrecciones de los más pobres de Francia y de Flandes. El sacerdote Jhon Ball dijo a los campesinos en un sermón que no tenían que dejarse acobardar por cualquier abuso de la administración. El pueblo poco más tarde reclamó la anulación de las normas que había. La existencia empeoró después del fallecimiento de Eduardo III. Su nieto de 11 años Ricardo II le sustituyó. Al ser solo un niño, los duques de Lancaster, York y Gloucester rigieron en lugar de él. Estos hicieron algunas campañas con el ejército en Francia sin éxito, lo que aumentó el disgustó de los campesinos. Los gobernantes quisieron poner nuevos tributos y esto encolerizó más a los ciudadanos: la niñez del monarca tampoco ayudó para mantener la paz: a los que gobernaban, el pueblo los veía como unos aprovechados de la situación, que se aprovechaban de la fragilidad del monarca.
Crisis: De 1348 a 1350 la peste negra arrasó Inglaterra, por lo tanto mermó a los trabajadores y por eso estos podían reclamar mejores condiciones de trabajo, lo que por lo general consiguieron.
El monarca Eduardo III, en 1351 congregó al Parlamento para sacar adelante el Estatuto de los Trabajadores. La aprobación de este estatuto se vio como un modo de rebajar las expectativas de mejorar en el trabajo, volviéndose a las condiciones de antes de producirse la peste, esto aumentó el descontento entre las gentes del campo.
Con todas estas dificultades, también influyó el cambio de mentalidad en lo religioso, en lo que John Wyclif fue el pionero de la Reforma protestante. Wyclif insinúo sin rodeos que la Iglesia de Inglaterra era corrupta y por lo tanto no daba ejemplo, esto lo apoyó una pequeña parte de la nobleza que querían repartir los bienes exagerados de la Iglesia.
Inicio de la revuelta: Los sucesos sucedidos en algunos poblados del territorio de Essex, fueron estimados como la semilla del levantamiento. Los cobradores al querer recaudar las tasas de los campesinos en Fobbig, el 30 de mayo de 1381 se confrontan con Thomas Baker, un hacendado del pueblo, que los forzó a salir del lugar sin cobrar nada. Robert Belknap, representante del gobierno fue mandado a indagar lo sucedido, para sancionar a los responsables. Aunque el 2 de junio fue envestido en Brentwood. Aquí también el desencanto se había expandido, además de Essex, Kent ya se encontraba de lleno en el levantamiento, que no tardó mucho en llegar a Londres, pero aquí con armamento.
Las conjeturas de Wyclif, que conquistaron a los campesinos, se propagaron en poco tiempo por los eremitas lolardos y begardos, que muchas veces iban tejiendo de un lugar a otro. Entre los begardos destacaban John Ball y Jack Straw que ilustraban a las gentes del campo principalmente en Kent.
Primeros levantamientos: Los insurrectos de Kent liderados por Wat Tyler en junio de 1382, salieron hacía la capital para sumarse a los rebeldes de Essex. El 12 de junio, al llegar a Blackheath en las afueras de Londres, el desertor clérigo lolardo, John Ball, ya arengaba a los insurrectos con una predicación. Animados por esto, pasaron el Puente de Londres en medio de la población. Que fue cuando la guardia de Simón Sudbury, arzobispo de Canterbury, detuvo a John Ball. Al mismo tiempo, Tyler se unió a Jack Straw que caminaban hacia Londres. Pero en vez de hacer grandes ataques, solo se produjeron pequeños asaltos a ciertas pertenencias, varias de ellas del duque de Lancaster. El 14 de julio supuestamente, el monarca recibe a Richard de Wallingford, que representaba a los insurrectos y este le entregó las reivindicaciones de los rebeldes, que también abarcaban la destitución de parte de su gobierno.
Asalto a la Torre de Londres: Mientras, unos insurrectos asaltaron la Torre de Londres y mataron a todos los que allí estaban, entre ellos a Simón de Sudbury, que estaba implicado en el aumento de los tributos. El Palacio Savoy que pertenecía a Juan Gante, (tío del monarca) también fue derruido por los rebeldes.
Colapso de la revolución: Al otro día, en Smithfield, un barrio de la capital, se disponen a pactar con el monarca, sin embargo esta vez la negociación no fue del agrado de los sublevados. Wat Tyler tomó delantera para parlamentar con el monarca y su patrulla. Tyler según dicen los escritos de la realeza, se muestra violento bajando de su cabalgadura. En la discusión que hubo, Tyler (según los dichos escritos) extrajo su estilete y William Walworth, en aquel tiempo regidor de Londres, arrancó su acero y envistió a Tyler, lesionándolo gravemente en la garganta, en este momento sir John Cavendish, hidalgo del monarca extrajo su florete y traspasó el intestino de Tyler. Quitándole la vida. Al observarlo cercado por la escolta del monarca, las tropas insurrectas reaccionaron en tumultuó, sin embargo el monarca Ricardo, viendo lo que pasaba, dio unos pasos adelante gritando que él era allí quien mandaba. Asegurando a los insurrectos que no había pasado nada malo, que Tyler fuera designado hidalgo y que sus peticiones se llevarían a cabo, que se fueran a las posesiones de San John y que allí Wat Tyler se uniría a ellos. Los insurrectos hicieron caso al rey, sin embargo el monarca no cumplió con lo prometido: la nobleza sin demora con una tropa de 7.000 soldados, compuesta en el momento cogieron las riendas. Persiguiendo los demás cabecillas, a los que atraparon y mataron en su mayoría, entre ellos John Ball y Jack Straw, al que cortaron la cabeza. Después del hundimiento de la insurrección, las cesiones del monarca han sido rápidamente anuladas. CONTINUARÁ
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