Dos para una, y ella para el
Por DavidDeSiempre
Enviado el 26/05/2016, clasificado en Adultos / eróticos
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Me termine de lavar las manos y al verme al espejo, note que ya estaba borracho, mientras David, uno de mis mejores amigos de toda la vida, se sacudía la cabeza y lavándose las manos me decía…
-No ha caído nada hermano. Estas niñas no se quieren dejar. –Y es que acudimos bien arreglados dispuestos a encontrar chicas calientes que quisieran regalarnos una noche de aventura desenfrenada, como algunas muchas veces, que con poca o mucha suerte nos llevábamos un catalogo variado de damas a un cuarto que rentamos precisamente para eso, para follar chamacas y no saliera tan caro como en un hotel.
-Ya caerá algo hermanito. Apenas son las 12, no te desesperes, -salimos del baño y un par de chicas bailaban juntas al compás de una canción que era una fusión de reggae y house muy llamativa.
-Ya nos cayó algo ves, tú escoge la que quieras que al fin las dos me gustan. –David me señalo a la más alta, por mí mejor, ya que su estatura si iba con ella y la más chaparrita estaba muy chichona y no me desanime.
Entramos bailando y nos acercamos a las chicas, quienes se vieron a los ojos y sonrieron muy coquetas, yo mire a mi amigo y con un gesto asumimos que ya lográbamos la meta. Nos pegamos respectivamente a nuestra elección, y al ritmo de la música, comenzamos a sacar nuestras capacidades.
Yo estaba detrás de mi chica y con movimientos sensuales, pegaba mi cintura a la suya, subía mis manos por sus costados y ella subía los brazos, nuevamente bajaba tocando su costado hasta sus marcadas piernas, su movimiento en breve me empezó a calentar, mientras que verla sudar y mover sus nalgas me bajaba lo borracho poniéndome libidinoso.
No supe cómo pero, la chica con la que estaba mi amigo se despidió de él y vino y le dio un besito cachondo en la boca a mi pareja, después de un susurro en la oreja; y un sí de ella, la amiga se fue. David ya se iba a sentar, pero lo llame y lo invite a bailar con nosotros y mi pareja no opuso ninguna resistencia, entonces comenzó la verdadera acción.
Sus manos recorrían su cintura, las mías, tocaban levemente sus enormes pechos cuando la tomaba del vientre, tanto él como yo ya estábamos mostrando señales de erección y no dudamos en hacérselas sentir, el en su ombligo y yo entre sus descaradas nalgas, con la mano izquierda, David la tomo de la espalda baja y yo, a manera de cinturón, la sujetaba del estomago mientras con la diestra, recorríamos desde su pierna hasta su hombro. Caímos en cuenta que con tanta gente y luces parpadeantes, nadie se daba cuenta de nuestra acción y decidimos subir el nivel del momento.
Ella giraba la cabeza y me besaba levemente en la boca pero a David, al tenerlo de frente, le podía tomar con más comodidad su labio inferior con la punta de sus dientes. Descaradamente yo subí mi mano y le tome un seno con fuerza, no me cabía en la mano, pero lo apretaba y masajeaba mientras besaba su cuello.
Por un momento David paso su mano por mi erección, pero es que le estaba agarrando las nalgas alzándole casi por completo la falda de tablas blanca. Le tocaba por encima de su braga, con el dedo el área anal. Ella al sentir eso, no pudo hacer más que agarrarnos de nuestras vergas que ya estaban más que hinchadas. Nos besaba y masajeaba a ambos por igual, cuando desde arriba bajo el humo intenso que nublo completamente la visión. Era nuestro momento, y descarados, subimos su falda, él le metió la mano en el culo bajo su ropa interior y yo, toque su pelvis levemente peluda igual bajo esa braga que estaba ya mojada, mis dedos y los de mi hermano jugaban dentro de sus orificios mientras la caliente chica nos masturbaba sobre la ropa. Ambos queríamos otra cosa y David, tomo su mano y la metió bajo sus jeans. Al ver eso quise hacer lo mismo pero, no le era muy cómodo a ella y seguí mojándome los dedos con sus fluidos. La gire, y ella aun con la mano en la verga de mi amigo, recorrí el escote de su blusa y saque una teta para chuparla. Solo pude tocar con mi lengua esos duros y enormes pezones cuando ella la escondió enseguida.
Estábamos los tres muy calientes, mirando a mi amigo le hice una seña que capto enseguida, mientras yo chupaba su hombro, él le hablaba al oído haciéndole tan tremenda petición, sentí que su cabeza se movió afirmando con seguridad. El objetivo se había alcanzado, nos acomodamos la ropa y ella paso al baño, la esperamos en el pasillo y dejamos que ella saliera primero. Iba ella casi a cruzar la puerta cuando unos brazos la abrazaron con muchísima confianza.
Era su novio… él, la abrazo y beso muy romántico, mi amigo y yo, vimos esa escena sin parpadear y luego nos miramos con profundo desagrado. Parados en el pasillo la vimos entrar nuevamente acompañada de su novio.
-Poca madre hermano… -dijimos a la par y en armonía. Nos peinamos con las manos y no dejábamos de mover la cabeza de lado a lado. Fuimos a la barra y pedimos una cerveza, la vimos bailando y no nos quedo más que salir desilusionados. A unas cuadras del antro, orinando como dos borrachos las llantas de un taxi, sonó mi teléfono y en la pantalla aprecia un número desconocido.
-hola… ¿Gonzo? Soy yo. ¿Donde están? Mi novio se fue a una fiesta, solo vino a ver si estaba bien. ¿Dónde los veo? ¿Sigue en pie lo de su cuarto? No sean así… no me dejen caliente…
Puse el altavoz y golpee con el teléfono el costado de David.
-ya Gonzo, que… ¿se va a hacer con tu amigo y tu o ya no? Me dejaron bien cachonda culeros.
El y yo nos miramos a los ojos y con una tremenda sonrisa, estrechamos nuestras palmas y nos dimos un semi abrazo lleno de victoria.
-Estamos frente al portalito, ¿vamos por ti o tú vienes?
-No se muevan, ya voy para allá…
Nuestra suerte nos había cambiado y ésta prometía ser una noche inolvidable, y así fue. Desde las tres de la mañana estuvimos despiertos hasta las ocho, dándonos tanto placer como nuestros cuerpos aguantaron. La amistad entre David y yo fue más allá de la hermandad. De hecho los amigos con los que me ha tocado hacer tríos, son mis mejores amigos.
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