Introducción a mis Pinceladas
Por Pepa Gabarrón
Enviado el 27/05/2016, clasificado en Reflexiones
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Yo siempre estoy con boli y papel esté donde esté para que no se me vaya por los cerros de Ubeda un pensamiento. Una sensación que me lleve al lugar donde deseo estar a solas conmigo misma sin más. Así que todo lo anoto
Mi memoria la poseo casi al cien por cien permitiéndome comunicarme con el boli, fiel compañero que no se cansa de darme empuje al comprobar que mi concentración es máxima; quizá sea por ser enormemente introvertida con mi propio yo ,o, ante el placer por culturizarme y analizar aquello que me ha inquietado; aunque siempre lo hago, ya digo con timidez. Después al cabo de los días, los meses, o en el mismo día sin preocuparme el porqué leo lo que en un momento determinado sentí, evocándolo momento a momento, solo que ya como espectadora. “Veo” con la sensación como protagonista , sin embargo ella no interviene directamente.
Por ejemplo: el otro día estaba esperando en la calle a mi marido Iván (ya saben que èl se marchó a su mundo astral), entonces “algo” (aunque decir algo es como si fuera: como existir en u no mismo: sea por el aire, porque lo sentimos o un objeto porque lo tocamos. Fue… sensación o claridad. Como si las gentes y los coches hubieran dado un giro hacia mí y yo era al mismo tiempo Pepa , que no existía, esperando a Iván .
Esta especie de luz, chispazo, fluido de lo que sea, se esfumaba al instante mismo de producirse, siendo yo consciente de ello. O , sea algo así como el electro, o como se llame, que va oscilando sin romper la continuidad hasta que muere o sigue con vida.
En mi caso al instante que interviene el pensamiento interfiriendo en la razón, se esfuma todo, aunque me quede el recurso de la sensación.
Entonces pregunto : ¿Qué posibilidad de estudio tengo hacia mi misma en estas vibraciones que me llegan involuntariamente para que al analizarlo los pueda vivir, sentir, sin que la dichosa razòn interfiera. Tiene esto algo que ver con lo que dijo Pascal: “El corazón tiene razones que la razón no conoce
Gracias por atenderme pero si no lo digo siento como que no he dicho lo que siento. Y termino : Me desperecé y fue un desperezo inusual.
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