Y llegará el día en el que te cruces con una persona que huela igual que aquella de la que te enamoraste, una persona que lleve el mismo perfume que le regalaste, el cual pensabas que podías oler hasta que se se acabase el frasco y luego seguir oliendo el siguiente.
Ese perfume que despertaba esa sensación de euforia, aunque mejor dicho, la despertaba la persona que lo llevaba.
Pero por desgracia, esa persona con la que deseabas compartir tu vida se fue, y ese olor te recuerda a ella, ese olor que guardan sus palabras contenidas en una botella, pues éstas estaban perfumadas. Esas palabras que esperaba que no dejasen de significar lo que fueron.
Ojalá se hubiesen sincronizado nuestros sentimientos para que sintiésemos lo mismo.
Ojalá estuviese aquí, no se hubiese ido y oliese ese perfume.
Ojalá pudiera decirme que me quiere y yo que la quiero a ella.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales