Todo

Y recuerdo los dos pósters de dos de sus pasiones, la leja con la luz, el perfume, el corcho con el llavero, el marco con la foto, la maleta, la mesa de estudio... aquel lugar que ahora es extraño.

Al igual que aquel lugar, recuerdo cada uno de los sitios a los que íbamos juntos, recuerdos grabados con sangre como lo están cada una de las cosas rutinarias que compartíamos, pues las relaciono con ella.

Y la recuerdo a ella, aquella que me besaba, me abrazaba y me amaba haciendo que el tiempo se esfumase cuando estábamos juntos

Y ahora, aquel fuego que nos unía se apagó dejando cenizas. Donde todo me parece tan extraño, pues la realidad no la quiere ver mi inútil corazón por más que se lo diga mi razón.

Y después de todo, todo ha sido nada a pesar de que un día lo fue todo. Así que espero que mi yo interior acepte la situación por completo aunque no quiera, pues ésta es capaz de romperme.

La realidad es que ya no está ni estará, al menos no de la manera que estaba antes ya que aquella persona que me quiso se fue hace tiempo ya. Quizás no le demostré mis sentimientos de la manera correcta, quizás no supe comportarme en determinadas situaciones, quizás si hubiera cambiado algo seguiríamos juntos, aunque tal vez no fuese eso que creo. 

Me entregué por completo e intenté darlo todo porque creía que había encontrado la persona con la que compartir mi vida pero me dijo que no era lo que esperaba después de casi medio año y ahí es cuando me llevé una gran decepción porque se acabó la relación.

Y en el momento en el que creo que he sido fuerte para afrontar la realidad, los recuerdos invaden mi mente haciendo que muera lentamente por dentro. Recuerdos inolvidables que repetiría pero imposibles de revivir porque no dependen de mí.

La impotencia de no poder hacer nada por recuperar a quien perdí consigue destrozarme. Y es que la ironía del dolor es que quieres que te consuele quien te lastimó.

Y como no quieres volverme a querer déjame la necesidad, el placer de dejarte de querer.