Nublados, lluviosos; los vientos de estos días traen consigo recuerdos, sentimientos y emociones que me transportan a fechas, lugares y con personas. Esas personas tatuaron en mi mente experiencias e hicieron de días lluviosos, días inolvidables. Hoy al sentir las gotas en mi cara resbalando por la frente hasta llegar a la orilla de mi barbilla y caer hasta mis pies, aún siento como se me revuelve el corazón tan solo de acordarme. Pero no importan los caminos, importan esos pies que caminaron esos caminos, que caminaron junto a los tuyos, por esos andadores, por esas calles estrechas y amplias, pero nunca importó si eran grandes o pequeños, bonitos o feos, sólo caminar junto a ti.
Siento la humedad de estos días e inmediatamente mi mente empieza a volar, no necesito cerrar los ojos, no necesito recostarme en un diván para pasar por estas regresiones. Parto de un recuerdo, un rostro, una palabra o un beso; tu rostro, tus palabras, tus besos. No es un simple recuerdo, porque puedo sentir el mismo hormigueo dentro del estomago como ese día, se percibe la misma humedad de tu saliva en mis labios, mi piel aún conserva el aroma de tus manos; no es un simple recuerdo, incluso siento que de no sostenerme fuerte a mi silla, esta necedad por revivir ese momento me llevaría volando hasta ese mismo dia. Pero, ¿Por qué no hacerlo, por qué no dejarme llevar? Ganas no me faltan, pero aún no sé cómo controlarlo.
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