Grata revelación

Encontré tu novela el día de la mudanza de tu casa, tras tu repentino fallecimiento.

La tenías bien escondida porque no querías que halláramos tu secreto. Me quedé absolutamente perpleja porque no conocía tu faceta clandestina de escritor.

Siempre me pareciste un tipo frío,yo diría que incluso gélido.

Así, empecé la lectura con curiosidad y acabé descubriendo en tu escritura un hombre entrañable y vulnerable que se había parapetado en una máscara de indeferencia.

Lástima que ya no podíamos pedirte perdón por haberte juzgado equivocadamente. Nunca sabrás cuánto lo lamento...