La biblia de JDLRM 2ªParte: Guerra
Antes que nada, os dejo la primera parte: http://www.cortorelatos.com/relato/17665/la-biblia-de-jdlrm-1parte-la-creacion/
Siglos habían pasado desde que Vida abandonase su creación para desaparecer en la inconmensurable inmensidad del universo, no obstante, nada había cambiado en la actitud de sus hijos. Si en sus métodos, ya que ahora las guerras no se libraban con espadas, ni siquiera con pistolas, el amanecer de la guerra química había tenido lugar. Ciudades enteras arrasadas por el veneno, una forma de matar que podría beneficiar enormemente a los agresores, lo que consideraban un trabajo limpio, sin escombros, sin sangre, sin violencia, solo “muerte”, o al menos eso era lo que los ingenuos humanos pensaban. Muerte… ellos no sabían lo que realmente representaba esa palabra, ya que al igual que Vida había dejado atrás a su creación, Muerte también lo había hecho por el momento. No podía haber muerte hasta que la semilla que aquellas deidades dejaron en la tierra germinasen. Entonces ¿Qué era lo que pasaba en aquel lugar? ¿A dónde iba la esencia de aquellos cuerpos inertes? El alma.
Los 7 pecados capitales… la soberbia de algunos les hizo creer que eran superiores al resto, se hicieron llamar líderes, el poder los cegó y los condujo a la avaricia, esta los volvió ricos y poderosos, lo cual provocó la envidia de otros muchos, que, con ira, crearon sus propios ejércitos para convertirse en las personas a las que odiaban y sin saberlo, admiraban. Cuando consiguieron sus metas, la lujuria los cegó, la gula los volvió gordos, débiles y perezosos, la pereza de estos, provocó que la soberbia de otros, que se creyeron superiores, iniciasen de nuevo el ciclo eterno. En definitiva, el plan de Lucifer, el arcángel que Vida desterró, al que ahora conocían como Diablo, estaba dando sus frutos, los estaba dando desde hacía siglos, ya que por cada alma que ascendía al cielo bajo el cobijo benevolente de los ángeles, diez descendían al infierno, engrosando así las filas oscuras del Diablo.
Los arcángeles no iban a permitir esto durante más tiempo, a cada día que pasaba, la diferencia numérica entre el ejército del cielo y el del infierno, eran superiores, había que hacer algo. Los cinco arcángeles que quedaban en el reino de los elegidos por Vida, como ellos lo habían llamado, mantuvieron una reunión en aquel momento.
-Rafael: Tenemos que hacer algo… si las filas del infierno siguen creciendo, acabarán emergiendo hacia el mundo que Vida dio a los humanos…
-Uriel: Hermano, hace siglos que eso es obvio, casi los mismos que hace que no vemos a madre.
-Rafael: Lo se hermana… y me siento impotente.
-Gabriel: Al igual que los caídos no pueden ascender a nuestro mundo, nosotros no podemos descender al suyo… no hay nada que hacer hasta que estén en el mundo de los humanos… y para entonces ya será tarde.
-Raquel: ¿Los caídos? No deberíamos llamarles así, al final, son nuestros hermanos.
-Uriel: ¿Y cómo se supone que debemos llamarlos? Ellos decidieron unirse a Lucifer… dos de nuestros hermanos arcángeles, Sariel y Remiel, y más de un centenar de ángeles a los que muy a mi pesar podría referirme con sus nombres…
-Raquel: Aun así, siguen siendo nuestros hermanos… o eso creo.
-Gabriel: No flaquees hermana, a la hora de la verdad tendrás que luchar contra ellos.
-Rafael: ¿Qué opina el primogénito? Aún no has dicho nada.
-Miguel: Sabes bien que Lucifer es el primogénito.
-Rafael: Puede que Raquel así lo considere, pero para mí, tu eres el único que se merece ese título.
-Miguel: Opiniones a parte, creo que debemos de dar el primer paso. Descenderemos hasta la tierra y detendremos a los humanos, pararemos sus guerras y les guiaremos por el camino correcto, eso debería ser suficiente como parara que las filas del infierno no sigan creciendo.
-Raquel: ¿Y qué pasará si se niegan a escucharnos?
-Miguel: Tendremos que usar métodos más drásticos.
-Gabriel: Quieres decir que los esclavizaremos ¿Verdad?
Mientras tanto, en el infierno, Lucifer veía a través de las llamas junto a sus hermanos caídos, como en la tierra, los humanos seguían una y otra vez cayendo en la trampa. Y ni siquiera los más sádicos monstruos de ese mundo, que habían sido los instigadores de la creación del infierno, podían imaginar hasta qué punto, el Diablo había deformado la imagen de sus hermanos, aquella imagen que tantas religiones habían representado como magnánimas.
-Sariel: Mirad como se destruyen… esas criaturas que hicieron que madre nos abandonara… limpiaremos ese mundo y lo reclamaremos como nuestro, no podemos seguir permitiendo que esos insectos lo sigan mancillando con su presencia…
-Remiel: No sé yo hermana… a mí me encanta ver como se destruyen entre ellas, son criaturas codiciosas y viciosas, sedientas de poder y de placer.
En ese momento, Lucifer estalló en ira, tanto que elevó las llamas del infierno a un nivel jamás visto por su temeroso ejército. No podía creer lo que estaban viendo sus ojos a través de las llamas. El imponente ejercito de los ángeles descendiendo sobre la tierra.
-Lucifer: Pretenden controlar a la humanidad…
-Sariel: Pero eso va en contra de lo que madre quería, si intervienen en su libre albedrío estarán…
-Remiel: Dilo, no serán tan diferentes a nosotros.
-Lucifer: Se terminó la espera, es hora de ascender a la tierra, la lucha por la supremacía comienza hoy.
No sabría decir si realmente ocurrió en cuanto el primer demonio puso el pie en la tierra, o si siempre había estado ahí, lo que si era seguro, era el hecho de que la primera semilla había germinado, ya que fue en ese momento, cuando por primera vez, uno de los cuatro jinetes hizo su aparición. Su nombre, Guerra. Y lo que tanto demonios, como ángeles y humanos ignoraban, eral lo que esta deidad representaba, el verdadero significado de muerte.
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