Caliente relación... de trabajo (2)

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La dejo pasar y entra con paso decidido hasta la cama. Pone su bolso en la mesita y saca una botella de vino tinto, saco mi destapador y la abro, pregunto por las copas y me dice que no hacen falta. Ella toma tres sorbos directo de la botella y de inmediato también bebo un buen golpe.

Nuestros ojos hacen evidentes las ganas que llevamos dentro, mi piel esta erizada y veo que su rubor está haciéndose notar, nuestra respiración se sincroniza y se acelera, estamos frente a frente y el solo mirarnos a los ojos ya nos tiene excitados.

Un suspiro extenso es la señal para que ella me abrace y comience a morder mi cuello, sentir su aliento rozar mi piel endurece mucho mi sexo, mis testículos se contraen y mi firmeza ya quiere Salir de su prisión.

-No te muevas, dame el placer de desvestirte.

No digo nada y solo me dejo llevar por su perversa imaginación, abre mi saco y me lo quita rápido pero delicadamente desabotona mi camisa besándome a cada movimiento en el pecho y lo lame. Quita mis mancuernillas, me despoja de la camisa y en cuestión de segundos mi pantalón yace en el suelo con mi ropa interior, solo alzo los pies para que las prendas se zafen de mis tobillos.

Me tiene completamente desnudo, con un erecto miembro que quiere ser estimulado, intente tocarla pero me empujo fuertemente.

-Que no te muevas… ¿Qué no entiendes?

Se agacha y levanta mi corbata, pone mis manos atrás y las amarra con ella. Nuevamente se pone frente a mí, me besa el pecho, va bajando muy sutilmente, siento su boca llegar hasta mi vello púbico y me preparaba para sentir lo rico de sus chupadas pero ella se aparta. Soplando con vaho me recorrió desde la punta hasta la base sin tocarme, cada que me muevo un centímetro, me da una palmada donde caiga.

Su tortura me vuelve loco. Quiero arremeterla y que su boca cubra mi hinchadísimo pene, pero también disfruto ese juego y me estremece su castigo. Sus manos recorren mis piernas y el aliento caliente de su boca me desbordaba cuando lo siento en mis testículos.

Se aparta y se dirige a la cama, me pide que no me mueva y comienza a desnudarse. Debajo de ese traje sastre hay un conjunto negro de encaje muy elegante de victoria, unas medias oscuras con encaje  y sujetadores la hacen ver como modelo de lencería. Se mueve de lado a lado y comienza a abrir por enfrente su sostén, viene hacia mí y me besa en la boca, me muerde el labio y se va a la cama.

Me da la espalda y sus dedos comienzan a bajar su pantaletita dejando al descubierto un trasero pequeño pero hermoso. Su prenda cae y ella la levanta, la huele y me la pone en la boca, el olor que despide me hacen sacar liquido nuevamente pero ella sigue pidiéndome estar inmóvil.

Camina hacia su bolso, saca un sustituto de pene color negro, unos veinte centímetros con marcadas venas, lo ensaliva y nuevamente se pone en cuclillas dándome la espalda. Voltea su mirada y da la mirada más puta que tiene, resbala su pene falso y abre sus nalgas.

Golpea su ano con su juguete y nuevamente lo chupa, ya no aguanto más y ella lo sabe. Se pone de pie y viene a liberar mis manos.

En cuanto me siento libre, la tomo de la cadera y la giro para ponerla en cuatro sobre la cama, mis manos recorren sus pechos y bajan hasta sus nalgas. La nalgueo y la coloco arqueada parando más su culo, tomo mi corbata y con ella le golpeo el trasero, lo más fuerte que puedo para castigarla por hacerme sufrir.  Beso su ano y mi lengua recorre su sexo por unos segundos, nuevamente la golpeo con mi corbata y esta vez acompaño de palmadas fuertes hasta poner sus nalgas rojas.

Elvia gime como una perra y su cuerpo comienza a moverse, la golpeo lo más fuerte que puedo con mi corbata y un brillo resbala desde su sexo cubriéndole las piernas, sus gemidos me llenan de violencia y mi mente planea algo sucio.

Meto dos dedos en su sexo y resbalan como en mantequilla, meto el tercero y no hay obstrucción que me detenga. Subo mis dedos a su ano y lo lubrico con sus propios fluidos, ahora introduzco mi pulgar en su ano y este se abre pero unos espasmos lo contraen. Mi pulgar está completamente adentro y un chorrito de mi saliva hace que mi dedo tenga libertad de moverse, ensalivo también mis dedos y cubro de baba mi miembro.

No le doy tiempo a defenderse, de un movimiento entra todo mi ser en su delicado orificio haciéndola apretar fuerte la sabana y gritar como ambulancia. Me siento completamente adentro y pego aun más su cuerpo al mío. La embisto con furia desbordada y su ano se contrae con cada movimiento, sus gritos y pataleos traen consigo una expulsión de fluido caliente, mojando mis piernas, las de ella y la alfombra. Me muevo con más rudeza y finalmente sus fuerzas ceden.

La acuesto boca abajo y me subo sobre su cuerpo penetrándola con todas mis fuerzas de manera anal, la nalgueo y mis movimientos recobran fuerza pero ella poco a poco se pone en cuatro.

-Con los dos…

Ni siquiera eran palabras, más bien son jadeos pero entiendo lo que quiere, tomo su pene falso y lo llevo a su boca, ella sin mesura lo chupa con voracidad. La penetro por su sexo que chorrea de fluidos calientes y suavemente meto su juguete en su esfínter anal. Me muevo y lo muevo llenándole sus dos espacios completamente. Le golpeo el trasero con mis palmas y la tomo del cabello. Con cada embestida le jalo el pelo y sus gritos la hacen delirar de placer, mi velocidad aumenta y la choco fuerte en los muslos.

-Por favor no pares… cógeme fuerte cabrón

Le introduzco todo su pene falso y tomo su cabello con ambas manos envistiéndola aun más fuerte. Sus piernitas flaquean por completo, siento espasmos dentro de ella y su reparación se entrecorta al máximo.

Sentir como se vuelve a venir me lleva al punto de terminar también  y me muevo dejándome llegar al clímax, ella recupera el conocimiento y siente palpitar mi pene dentro de su sexo.

Como actriz porno se baja de la cama y se pone de rodillas, abre la boca y esta lista para recibir mi eyaculación, verla así me prende al máximo y solo tengo que jalar tres veces mi prepucio y finalmente mi semen sale disparado a su rostro, veo como cae mi leche en sus mejillas rojas, como un chorro entra en su boca y los últimos caen en sus senos me da un clímax visual inigualable.

Y aquí seguimos, cansados, calientes, excitados. Satisfechos per con ganas de mas. Mientras ella se limpia la cara yo voy por la botella, ella bebe un buen golpe y enseguida lo hago yo.

Son las doce del medio día y aun nos sobra tiempo.  Así que aprovecharemos todo el tiempo disponible.

Que rico…


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