Fue así como esa vision me hizo llorar como niña.

El grupo de personas ya empezaba a dispersarse , quedábamos muy pocos. Entonces el pequeño joven , sin emitir palabras, se alejo rapìdamente , al volver traía consigo su acordeón, comenzando su melodia con intensidad ! con pasión ! trato de cantar, pero su voz no le obedeció, así que solo dejo libertad a sus manos, para que libremente usaran su instrumento. En ese momento, vi con mis ojos que no son estos ojos, como el espiritu de su abuelo salia de su sepultura y danzo con regocijo! de repente algo llamo su atención, otra mano salia del mismo lugar del que el antes había salido, se inclino, estiro su mano para tomar de la otra, halo asia si, al verse! reconocieron su lazo filial, se abrazaron, sonrieron y danzaron juntos al ritmo del acordeón, sin pausa. Hasta que poco a poco el pequeño joven agotado cesaba de tocar. Mientras la música iba extinguiendose, sus espíritus desaparecían difuminandose con el ultimo compás. . .

                                                                                                 Rebeka Wilde.