Ella querrá otros ojos
que la miren como yo la veía,
recordará siquiera
aquellas viejas canciones
que la hacían suspirar
como lo estoy haciendo hoy;
a caso sabrá
que aún los vientos apasionados
vuelan hacía donde esta ella...
Ella... Pensará todavía en locuras,
en ternuras y
ese sensible roce
que hacía mi aliento a su pelo.
Suspiraría todavía
en noches de lunas llenas y
estrellas de olvido,
deshojando madrugadas y
mañanas en que se despiertan
amargas ausencias;
más allá mirando al cielo,
como solía hacerlo ella.
Ella pasará, contrastando
su delgada figura
a la ventana de mi domicilio,
cuando me encuentro ausente
en otros lugares;
pensándola y viajando
con su silueta
que dibujan las nubes.
Mis sueños entristecen,
con el hábito cruel
de hacer guardia a su barca
que no atraca,
recitando mis poemas
que llueven nostálgicos
de tanto invocarla a ella.... A ella.
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