EL MAL PADRE Y EL BUEN DEMONIO (obra de teatro)
Por Andres Son
Enviado el 17/06/2016, clasificado en Varios / otros
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INT. – NOCHE – COCINA
PADRE – Queridísimo hijo, tengo que preguntar, ¿pasa algo?
HIJO – ¿A qué se refiere estimadísimo padre?
PADRE – Tus ojos se ven medios raros, ¿acaso anduviste tomando algo?
HIJO – ¿yo?, jamás padres, yo jamás osaría a contaminar mi cuerpo con cualquier tipo de viles y maléficos estimulantes artificiales que solo sirven para envenenar el alma.
PADRE – Ok, esas son demasiadas palabras complicadas para tu cerebrito adolecente, definitivamente algo está pasando acá, y supongo que nada bueno, venia para, acércate, quiero verte los ojos.
HIJO – Hoz aseguro querido padre que no he consumido ningún estupefaciente de ningún tipo.
PADRE – Y yo te aseguro que no te creo un carajo, así que veni para acá (se acerca hasta quedar cara a cara) a caramba esto es peor de lo que yo pensaba, ¿acaso eso es al diablo lo que veo?, tengo que preguntar, ¿acaso estas poseído por algún tipo de espíritu maligno?
HIJO – (da un salto hacia atrás, volviéndose a alejar) No.
PADRE – No me mientas, soy tu padre y se de estas cosas, yo también fui joven y tengo mi cuota de idioteces.
HIJO – …No sé a lo que te refieres estimado padre, jamás haría nada que pudiera…
PADRE – No me vengas con ridiculeces, ¿vos estuviste jugando con las cosas viejas de tu abuelo?, ¿las que están en el altillo?
HIJO – …No.
PADRE – Me seguís mintiendo, y eso no me gusta, si pensas que porque estas usando el cuerpo de mi hijo yo no voy a proceder a responder de manera violenta, obviamente no estás muy familiarizado con la dinámica de esta familia.
HIJO – (un gran halo de oscuridad aparece a su alrededor, y su voz cambia) ¡Esta bien, si! ¡He entrado al mundo de los mortales a través de la sangre joven y virgen de tus hijos para traer caos y destrucción a la tierra!
PADRE – ¡Mis hijos No!
HIJO – (su voz vuelve a bajar de intensidad) …Bueno, en realidad es solo tu hijo.
PADRE – ¿Mi hija?
HIJO – …Vamos a ser honestos, los dos sabemos muy bien que el barco de la virginidad zarpo hace mucho de ahí.
PADRE – Pero que hija de puta, salió igual de atorranta que la madre.
HIJO – …
PADRE – Bueno entidad, o como quieras que te llames, voy a necesitar que dejes el cuerpo de mi hijo, y después tener una buena charla con el sobre tocar las cosas de los demás, y después supongo que tendré que tener la misma charla con mi hija.
HIJO – ¡Jamás!, ¡ahora poseo el cuerpo de tu querido hijo virgen al que nunca podrías lastimar y…! (el padre se acerca y le da un fuerte golpe en el rostro) ¿Pero qué?
PADRE – Obviamente no prestaste atención a lo que dije sobre la dinámica de esta familia, créeme, no tengo ningún problema en lastimar a mi hijo.
HIJO – (Cae al suelo, mientras el padre lo golpea fuerte y constantemente tanto con los puños así como las piernas) ¡No, para!, ¡detente por favor!
PADRE – ¿Te vas a ir y lo vas a dejar en paz?
HIJO – Si, si, ya está, me voy, me voy, dios se suponía que yo era el malvado acá, me voy, vuelvo al inframundo, pero quiero que sepas algo (se levanta del suelo y apunta acusadoramente con el dedo al padre) sos muy mal padre, tu hijo es un boludo y tu hija una atorranta.
PADRE – ¡No soy un mal padre!, aunque lo de mis hijos no te lo discuto.
HIJO – (El halo de oscuridad desaparece, su voz vuelve a la normalidad) Padre, ¿Qué paso?, no entiendo, ¿qué decías?
PADRE – Nada, no era con vos, pero igual ahora anda darte un baño y ponete calzoncillos limpios, te voy a llevar de putas.
HIJO – ¿Qué?
PADRE – Créeme nene, (se acerca y la palmea despacio el hombro al hijo) me lo vas a agradecer.
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