Sin tener claro el futuro cercano casi presente, me caen lagrimas nada tímidas que lentamente crean una fusión de pena y júbilo en mis pensamientos.
Valorando cada día más todo tipo de acontecimientos y siendo más inteligente, aceptas sin querer que el presente es lo único que hay. Después sin olvidar el pasado que es lo que realmente te hace más rico, aprendes a querer en manera de posesión tu propio día de hoy y el poco tiempo que tenemos en esta vida. Ya sea un día o cuarenta años, es ese tiempo el que quiero para mí, generosamente y sin excusa alguna.
He estado en un laberinto gris para llegar por fin a la única dirección final posible... Un mundo nuevo lleno de barandillas donde uno aún se puede agarrar. Y he asimilado que aprovechar lo que somos y de lo que disponemos no cuesta dinero, solo es difícil entenderlo si piensas que nunca hay problemas y que este camino lleno de pruebas es radiante para siempre. Animo a todo el mundo a morir cuando toque y vivir cuando queramos.
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