Mi caliente fantasía... cumplida por CR
Por DavidDeSiempre
Enviado el 25/06/2016, clasificado en Adultos / eróticos
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La bendición de mi trabajo, es que hay muchas damas aquí. De las cuales hay una, que siempre me gusto mucho, tiene un cuerpo muy hermoso y mide casi un metro setenta, sus medidas son casi 85, 65, 100. O sea esta buenísima. Pero lo malo es que desde el principio nos llevamos muy bien, pero en el contexto de amigos y esa es una barrera difícil de romper a veces, sin embargo debo agradecer a esta página, el haber roto esa línea tan delgada pero a la vez muy difícil.
Leticia tiene su oficina frente a la mía, en el fondo de un largo pasillo. Nosotros nos hacemos compañía en la soledad de nuestra área, y la verdad es que desde que la llegue a notar mejor, vi que bajo el horrendo uniforme que tenemos, estaba el mejor cuerpo de todo el departamento.
Durante los meses que llevo aquí, ella frecuenta mi oficina, hablamos de nuestras vidas y de cómo es nuestro matrimonio, en ocasiones hablamos de cosas muy subidas de tono y aunque siempre le hago insinuaciones, ella solo se ríe y cambia de tema.
Desde mi puerta abierta le veía caminar en su oficina, la veía agacharse a buscar una carpeta o a regar su planta, pero siempre dejándome ver su precioso trasero bien formado. Yo siempre iba a su oficina a verla y platicar un rato con ella pero, me salía cuando mi erección me iba a poner en vergüenza. Yo se que la notaba, pero nunca me dijo nada y yo en ocasiones, me iba a masturbar al baño pensando en las formas de que pudiera tener su cuerpo desnudo.
Hace una semana, yo estaba escribiendo un relato para esta página. Estaba muy concentrado y no escuche cuando Lety entro, cuando alcé la mirada vi sus ojos mirándome fijos como si viera a algún pervertido mirando pornografía.
-Ni parpadeas David. No manches, ya deja de ver porno.
Yo me quede paralizado porque la verdad el escribir también me tenía muy caliente y era como si me cachara masturbándome. Pulse Alt mas tab y en la pantalla apareció la pagina de corto relatos, o sea esta.
-¿Que tanto haces? Te ves sonrojado. –Me volvió a insistir pero esta vez con una mirada un poco mas cachonda.
-Estoy leyendo Leticia, nada más que son relatos de adultos y quieras o no, uno se mete en la trama.
Ella se acerco y se sentó en mi misma silla, acerco su cara a mi computadora.
-¿Y de que trata el relato? ¿Es muy caliente?
-Es de una chico que se encuentra con una dama en el autobús y terminan en un hotel haciendo el amor, pero aquí hay más por si uno te interesa otro.
Fui a la lista y ella leía los títulos y ninguno le interesaba,
-Haber abre ese.
Era uno de mis relatos, y la verdad sentí un poco de miedo por si mencionaba el lugar donde trabajo o eso. Pero estaba tan excitado que le di click igual. Ella lo fue leyendo y su color fue aumentando, note que se me pegaba más en la silla y cada que leía mas, notaba que se mordía los labios.
-Wow, ¿siempre lees estos relatos? Con razón luego no haces ni ruido. Este está muy bueno, hasta me imagine como paso todo.
-Queda uno caliente después de leerlos ¿verdad?
-Ay sí. El que escribió este seguro está mal de la cabeza por pervertido, pero qué bueno que escriba así, porque la verdad me dejo muy mal.
-Y eso que apenas leíste uno, yo ya leí tres y no me aguanto.
Su mano rodeo mi bulto y ya no había más consentimiento ni duda, ella estaba caliente y quería follar. Y yo me estaba muriendo de calentura también, no lo dude más y cerré la puerta con llave. Fui hacia mi escritorio y la tome de la cintura repagándome a ella, mi erección estaba rozando su pubis y mis manos estaban entrando bajo su blusa. Ella estaba desabrochando mi cinturón y en cuestión de segundos mi pantalón y bóxer estaban en el suelo, yo baje mis manos y también le quite el pantalón rapidísimo.
Ambos con el pantalón en los tobillos nos tiramos en la alfombra, le bese las piernas y poco a poco besaba y mordía más arriba, llegue a su braga gris de licra y chupaba por encima su vagina, sentí como su clítoris ya estaba erecto y le quite el calzón. Ella alzo sus largas piernas y salió toda su ropa de abajo, me puse sobre ella y desabotone su blusa subiendo su brasier para ver sus exquisitas tetas. Bese un poco su estomago y di unos cuantos lengüetazos a su sexo que estaba ya muy mojado.
-Ya métemela, quiero que me cojas ya…
No espere mas y solo tuve que introducirle mi glande para que su humedad me abrazara, lo saque y lo volví a meter, pero esta vez completamente, estaba muy estrecha pero con lo lubricada que estaba mi pene entro con facilidad. Sus ojos se abrieron por completo y de ella salió un gemido que calle poniendo mi palma en su boca, la bombee duro de misionero pero intentando no hacer ruido. Mientras chupaba como loco sus pechos, mis manos le acariciaban las piernas y apretaban sus hermosas nalgas. Mordí un poco sus pezones duros y el calor de su sexo me empezó a quemar, la sangre me estaba hirviendo y mi adrenalina estaba al máximo por el riesgo de que alguien tocara mi puerta.
La embestí mas y mas fuerte, hasta que su vagina no pudo resistir mas y me mojo completamente los muslos, tuve que darle mi brazo a morder para que no hiciera ruido, pero me ensañe con ella y la penetraba más profundo para hacerla enloquecer de placer. Mi verga no pudo más y también comenzó a palpitar dentro de su vagina. Me moví aun más fuerte y también callaba mis gemidos con mis propias manos, el clímax no pudo ser mas frenético y finalmente estaba a punto.
Sentí como si en vez de correrme estuviera orinando porque sentí salir una cantidad enorme de liquido y cada que salía una contracción me llenaba de placer el cuerpo y a ella la inundaba por dentro.
Termine jadeando como perro sobre sus pechos y introduciéndole todo lo posible mi pene hasta el centro de su ser, pero después de unos segundos la realidad volvió a nosotros. Me pare y fui por mi caja de kleenex y le limpie su sexo, después el mío, y finalmente trate de limpiar la manchota que dejamos en la alfombra.
En lo que nos vestimos nos dimos un último beso, ella se acomodo el cabello y yo emparejaba mi camisa y me volvía a anudar mi corbata.
-Que se me hace que pusiste ese relato al propósito.
-Si supieras que ese yo lo escribí…
-¿En serio? Y ¿cuantos más tienes?
-Varios
-Ohm pues ya tienes otro para escribir. Solo que no pongas mi nombre.
-Ok
Y cumpliendo mi palabra este es un homenaje a esta página que me hizo la fantasía realidad. Leticia aunque saben que no se llama así y yo, les seguiremos dando mucho mas que leer.
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