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Mirar el atardecer es todo un espectáculo y mucho más cuando lo hacemos cerca del mar...la suave brisa con ese olor salubre.Esos tonos rojizos esparcidos magicamente sobre el espacioso horizonte.
El golpear de las olas murmurando algún canto marino,y la danza de las palmeras en rítmicos movimientos que adormecen los sentidos.
Las gaviotas formando asimétricas figuras nos hacen imaginar remotos mundos desconocidos y sólo el roce de nuestros pies descalzos con la tibia arena nos trae a la realidad.Así debiera ser el atardecer de nuestra vida...hermoso,dulce y apacible.
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