Cuatro Rounds Mi Esposa con su Amiga (Parte 2)
Por contadordehistorias
Enviado el 01/07/2016, clasificado en Adultos / eróticos
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Tercer Round
Una de las cosas que más me gusta de mi esposa es que es absolutamente blanca, en contraste conmigo que soy totalmente moreno, lo cual genera un interesantísimo (y debo confesarlo) excitante contraste de colores de pieles. Me fascina cuando estamos desnudos, haciendo el amor, y ella está cabalgando encima mío, levantándose el pelo de los hombros para hacer una montaña de cabello en la parte de atrás de la cabeza, al tiempo que puedo ver sus senos redondos y parados, blancos inmaculados, agarrados por mis dedos morenos apretándolos con todo el deseo posible, mientras ella se contonea una y otra vez de placer.
Pues bueno, dentro del bar el calor era intenso, el sudor no se hizo esperar y el licor ya había hecho su efecto. Mi esposa me extendió la mano y me jalo hacia ella, siempre manteniendo a su amiga a la espalda. Comenzamos a bailar y la temperatura empezó a subir, mi esposa empezó a besarme con mucha intensidad; entre nuestros cuerpos se sentían las manos de su amiga, que aprovechando que no se notaba, metía la mano entre su top para acariciarle suavemente los senos y jugar coquetamente con sus pezones, mi esposa comenzó a pasar sus manos por mi espalda y a apretarme contra su cuerpo, sentía su respiración, sus pezones parados y su cuello listo para ser devorado, de un momento a otro bajo disimuladamente su mano a mi pene el cual ya estaba erecto dentro del pantalón y empezó a masajeármelo suavemente, por supuesto mi anonimato inmediatamente desapareció, pues la gente del bar comenzó a mirarnos lo cual ocasionó que la amiga se separara y comenzara a bailar por su cuenta.
Para no llamar la atención más de la cuenta, retrocedí de espalda hacia la barra y voltee a mi esposa para que mirara a su amiga. Movió su pelo de lado para liberarme el cuello, el cual empecé a besar mirando fijamente a su amiga, insinuando ahora desde mi parte un ¿Te gusta lo que ves?. Ella estaba bailando sola, pero al ver mi mirada consiguió pareja, de manera que nos bailaba muy sensual y mientras apretaba y besaba a su nueva pareja, miraba a mi esposa con ojos de deseo, su excitación era notoria, seguramente su pareja del momento estaba pensando que tendría la noche de su vida. Mi esposa por lo pronto apretaba y movía su culo al compás de la música sobre mi verga y me apretaba mis manos sobre sus pechos. La escena era intensa, la tensión sexual ya pasaba de largo. Era evidente en donde iba a terminar la noche.
CUARTO ROUND
Claramente era hora de irnos del bar, por lo cual apresuradamente page la cuenta y tomamos un taxi. Por primera vez tome la iniciativa y me hice en el puesto de adelante, dejándolas a las dos solas en el puesto de atrás. No era otra mi intención que preparar el escenario para que las dos dieran rienda suelta a sus deseos. Por supuesto mi plan funcionó pero para mi sorpresa fue mi esposa la que salto encima de su amiga; las dos comenzaron a besarse apasionadamente y a juguetear con sus manos por debajo de sus vestidos, el taxista trataba de mirar por el espejo y yo le increpaba que mirara hacia adelante. Paramos para comprar algo más de Champagne. Llegamos a nuestro apartamento y las dos se recompusieron y descendieron del taxi cogidas de la mano en un mar de risas. Yo me quedé atrás pagando el taxi. Cuando entre al edificio ellas ya habían subido por lo cual fui solo hacia la puerta, la cual estaba entreabierta.
En mi camino empecé a encontrar zapatos, carteras, chaquetas, vestidos, tops… todo a mi paso indicaba que por ahí pasó un huracán de pasión. Llegue al cuarto y las encontré a las dos sobre la cama, completamente desnudas, entrelazadas en un abrazo lleno de respiración agitada y gemidos de placer. Paré… miré… la piel morena de la amiga hacia un contraste increíble con la piel de mi esposa. Empezó a besarle los senos, bajó hacia su abdomen y comenzó a besar su sexo con mucha pasión. Mi esposa arqueaba la espalda, a la vez que mordía su dedo índice y reía de placer. Podía ver perfectamente el gran culo abierto de su amiga en frente mío, contoneándose y dándose placer con la otra mano… Disfrutaba mucho de la escena, por lo cual pensé que lo mejor era tomármelo con calma, de manera que empecé a desvestirme con toda la pausa. Su amiga comenzó a meter los dedos dentro de la vagina de mi esposa y a moverlos con intensidad, de manera que ella empezaba a llegar al orgasmo. En ese instante y viendo ese culo hermoso delante de mío sentí la necesidad de besar su sexo, de la misma manera que besaba el de mi esposa, para lo cual me arrodille al final de la cama y deslice con mucho cuidado sus tangas hacia sus rodillas, separe sus piernas y comencé a lamer, con la punta de mi lengua, su clítoris… la oía gemir, dentro de la vagina de mi esposa, a la cual nunca dejo de atender.
Me paré y ya con mi mejor amigo en plena disposición para el round final, entré a la cama para llevar esto al Knoct Out…
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