¿Compartimos mi paraguas?
Por Chris J. Rivaldi
Enviado el 30/06/2016, clasificado en Varios / otros
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No me desplomare sobre ti, dejando escapar el dolor que arremete en mi interior buscando libertad, queriendo apoderarse del amplio lugar que reserve para tu recuerdo. Si voy a guardarte dentro de mí, no será como estas ahora... será como la primera vez que te vi.
Aquel día donde la claridad del cielo estaba escondida ante la ira de un perturbado océano gris, que se vertía inclemente sobre la ciudad. Y sus pesados soldados descendían una tras otro, golpeando sin piedad a quienes tuvieran la osadía de avanzar en su territorio.
Yo nunca me considere osado, pero si algo tonto.
No olvidare ese momento, tan repentino y mágico como un relámpago, en el que una muralla oscura se alzo sobre mí, defendiéndome del azote incesante de un enfurecido ejercito.
No olvidare tu rostro, sereno e iluminado, aquel cabello llameante cuyo arder no cedia bajo la furia del perturbado oceano y esos ojos, profundos y amplios como el final del otoño, que daban refugio al temeroso azul del cielo.
No olvidare esas palabras, suaves y delicadas como la flor más hermosa, que se alzaron sin ninguna dificultad sobre el ensordecedor estallido del trueno, envolviendo mis oídos con una sutil pregunta: ¿Compartimos mi paraguas?.
Hoy el azul del cielo se escapo de tus ojos mientras que el océano se refugió en los míos. Y la legión de soldados avanza sin descanso por el valle de mis mejillas.
Si deseo recordarte, será como esa primera vez. Con la esperanza de que cuando el tiempo deje de correr, estés ahí. Protegiéndome como lo hiciste aquel día y tu compañía me guie en ese desconocido camino a casa
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