Soldados Parte I

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Miro por la ventanilla que me lleva a mi destino.

Sabía que iba a ser duro, difícil.

Me he estado preparando para esto durante un año y siete meses. Ahora, después de tanta preparación, estaba lista para luchar. Para morir si era necesario por la causa. Creía en ello por encima de todo.

Dejo de mirar por la ventanilla y observo a Noelia, Roberto y Lorenzo charlando animados. Quitándose un poco la tensión con sus bromas estúpidas. Desde que nos conocimos (mejor) somos inseparables.

Noelia y yo nos conocimos ya en las pruebas médicas y enseguida congueniamos. Es una chica divertida y previsora. Con muy mal carácter y complejo de madre.

Recuerdo una noche de permiso que salimos a tomar unas copas con otras compañeras a un pub cerca de la base.

Llegamos, juntamos unas mesas y el alcohol no dejó de circular en ningún momento.

Bebíamos, cantábamos y bailamos. Era perfecto hasta que llegó un grupo de chavales vestidos con el uniforme.

Llegaron como si fuesen los reyes del lugar. Eran la manada de los lobos. Se acercaron a la barra y se pusieron a pedir y de ahí a un momento empezaron con su despliegue.

Noelia y yo ya lo habíamos visto, fichado y clasificado como cachorritos aunque eran conocidos como los lobos. Siempre iban en manada.

Nosotras seguimos a nuestra bola. Ignorándoles y pasándolo bien.

Al volver del baño, nos pasamos por la barra para pedir una ronda de chupitos de tequila y un par de gin tonics. Mientras esperábamos, un par de manos se agarraron a la cintura de Noelia que se volteó inmediatamente para ver quien la agarraba.

Un chico de casi metro noventa, musculoso, con la cabeza afeitada,orejas un poco de soplillo, ojos marrones y achinados y nariz y boca ancha. En fin, un musculitos atractivo.

- ¿Sabes que tienes un culo increíble?- dijo el musculitos llenando nuestra pequeña burbuja con su aliento a whisky y tabaco.

Noelia, lo miró a los ojos y le sonrió.

- Gracias.- Exclamó sonriente. Hizo una pequeña pausa, se mordió el labio inferior de forma sexy provocativa y...: ¿Quieres tocarlo?

El musculitos, lejos de esperar esa respuesta se quedó un momento en estado de shock y cuando reaccionó, empezó a deslizar lentamente sus manos por las caderas de Noelia y cuando estaban a escasos centímetros de su trasero, Noelia cogió y le soltó un bofetón en la cara que hizo retroceder inmediatamente al chico.

Hasta yo me asombré porque no esperaba una reacción tan fuerte por su parte.

El chico miró enfurecido hacia nosotras. No sé en que momento yo me había plantado enfrente de Noelia y encaraba al musculitos.

- Pero, ¿de qué coño vas zorra asquerosa?- exclamó

- ¡Eh! Calmate cachorrito que no queremos problemas.- soltó Noelia quitándome de en medio y quedando cara a cara con él.

- ¿Cachorrito? ¡Qué cojones dices!

Notaba que la gente nos empezaba a mirar y que empezábamos a estar rodeadas por la manada. ¿Dónde estaban nuestras amigas? Sólo veía a tres de las diez que éramos.

- Lo que oyes mamón. ¿Quién te crees tú, para ni siquiera tocarme?¿Con qué derecho? Sólo eres un borracho asqueroso.

Le dijo la sartén al cazo, pensé. Noelia iba borrachísima y era un rato bruta. No tenía meido de enfrentarse a nada ni nadie y menos cuando bebía.

- ¿Sabes que podría machacarte aunque seas una chica? Ojalá no lo fueses, porque entonces te ibas a enterar. - Noelia sonriño desafiante- Enserio zorra- El tío arrastraba las palabras- Vienes aquí, vestidita para ligar y poder atrapar a un soldado y sair de tu mierda de vida y encima de que entro y te halago, te pones chula y te haces la indignada.

Lo que pasó a continuación, fue rápido y sencillo.

El msuculitos escupió a los pies de Noelia y ella sin pestañear, le dio un gancho en toda la nariz que en cuestión de un momento se puso a sangrar como un cerdo.

El tío se volvió loco y por un momento parecía que sus ojso iban a salir de sus cuencas. Sus amigos le agarraron corriendo y le inmovilizaron.

Noelia, con su chulería habitual, se acercó a él y le dijo:

- Vamos a ver gilipollas, para empezar, también soy soldado y por lo que veo, tnego más rango que tú, así que, un poco de respeto- Le guiñó un ojo- Ahora, yo que tú, me iría mirar la nariz y para la próxima, si yo fuese tú, intentaría encontrar otra táctica de ligue.

Y dicho eso, se dio media vuelta, se acercó a la barra, pagóy se fue con su copa a la mesa.

A los cinco minutos, era como si nada hubiese pasado. La gente siguió a lo suyo, el musculitos se marchó con dos amigos y en cuanto se hubo marchado, Noelia pidió una bolsa de hielo para la mano.

Coreamos, brindamos y aplaudimos su valentía y al día siguiente amanecimos con una resaca monumental. 


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