Habían pasado días desde que no se veían, acordaron el día anterior encontrarse en el punto de siempre, Ella llego primero y se sentó en las bancas de aquel patio de universidad, escuchaba música impaciente, de la nada alguien la abrazo por la espalda, al darse vuelta un beso profundo fue lo que recibió, era Él, se volvieron a besar, se tomaron de la mano y caminaron a la salida, era raro caminar con él de la mano como si nada, hace días que estaban molestos pero al verse era como si nunca se hubieran peleado, ambos caminaban seguros de su destino, tomaron una micro cualquiera que los llevara a aquel lugar, al bajar caminaron en silencio, subieron al departamento donde él vivía, aquel que hace días no los veía ser un solo cuerpo, al llegar al cuarto comenzaron a besarse como hace unas semanas no se besan, poco a poco sus ropas quedaron atrás, sus besos aumentaban cada instante mas el deseo de ser uno solo, él besaba cada parte de ella, y ella devoraba con lujuria su miembro, comenzaron a tocarse, él desbordaba deseos de perderse dentro de ella, ella pedía a gritos con cada uno de sus gestos que la hiciese suya… Eran un solo cuerpo, una sola alma, un solo deseo que se desenvolvía con fervor en esa pequeña habitación, los vidrios empañados, la cama desecha, ella era una fierra desatada sobre él que pedía que parase cada vez que sentía que se iba, días de pasiones reprimidas fueron liberadas, ya sin aliento se durmieron, pero las ganas aun quedan, él comenzó a lamer su vagina hasta despertarla, haciendo temblar sus piernas, entrecortar su respiración, hacer que pidiese que la penetrara nuevamente, la hacia sufrir de placer, hasta que no podía más, se fue nuevamente dentro, y cayo rendido, ambos cuerpos sudorosos, y agotados se habían vuelto uno con tanta lujuria, que no deseaban separarse nuevamente, pero era hora que cada uno siguiera su camino, se separaron anhelando volverse a encontrarse…
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