Por fin tenemos aquí a San Fermín
Son las diez de la mañana
y ya hay gritos en la plaza.
Muchas personas. Clamor,
nerviosismo y muchas ganas de fiesta.
Esperando la salida de “El Tuli”,
Que con 85 años,
dará comienzo a la fiesta que todos esperamos.
Camisetas empapadas de vino,
sangría o calimocho;
como resultado de la euforia y el buen rollo.
Se empieza a notar ese sentimiento,
esa pasión, esa sangre que cada vez
circula más rápido por las venas.
En la plaza, un mosaico rojo y blanco,
acompañado de numerosas ikurriñas
indican que esto está a punto de empezar.
Los decibelios cada vez más altos.
Agitación, nerviosismo.
Salen las autoridades,
acompañadas de El Tuli.
Se aprecia un sentimiento común,
la fuerza de un pueblo.
Con los pañuelos en alto,
teñidos de vino y sangría,
esperan excitados el cohete,
que dará pie a unos días de fiesta.
Días que servirán de olvido,
de despreocupación
y de descanso emocional.
Días que serán necesarios
para apartar momentáneamente
los problemas que nos persiguen
fatigosamente día tras día.
Días acompañados de alcohol,
fiesta y buen rollo.
¡Gora San Fermín! ¡Viva San Fermín!
Cánticos, saltos, alcohol, manchas, gritos.
Sonrisas, ojos que deseaban volver a ver esto,
abrazos y besos.
Por fin tenemos aquí, a San Fermín.
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