Todo lo que creía saber del amor
Por Lizzi
Enviado el 07/07/2016, clasificado en Amor / Románticos
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Había oído decir, o cantar, que “el amor no solo es ciego sino que también es sordo” bueno, ella podría añadir que el amor es ciego, sordo, imposible de tocar, y a veces tenía un gusto tan amargo que ahogaría a la persona más dulce del mundo, de hecho, esas personas dulces serían las únicas que notarían la amargura del amor. Ella no se sentía como una persona dulce, nunca lo había sido, su pecado era mayor, más estúpido. Ella era enamoradiza. Una romántica. Su corazón latía con fuerza ante una situación en la se respiraba amor. Envidiaba a las parejas que eran felices con sólo mirarse, sin embargo no podía dejar de mirarlos. Envidiaba los ramos de flores que se enviaban los enamorados, sin embargo cada día esperaba uno. Se lamentaba, ahora, de que su propio corazón no hubiera entendido antes que no todas esas parejas son perfectas, y que esos ramos enormes no siempre son para expresar amor.
Pero también decían, o cantaban, “que alguien puede romper un corazón roto”, y ella no lo creía, un corazón roto solo puede ser reconstruido, con besos, con abrazos, con amor. O eso decían sus libros, aquellos libros que había leído y releído, más de 1000 veces, en todos ellos el amor se imponía a los problemas, a las lágrimas, el amor consolaba la situación más inconsolable. Ella ansiaba que en su vida fuera así, que las montañas se rindieran al mar por el el amor que ella y cualquier otra persona sentían, pero puede que todo eso también fuera algo que decían, o cantaban.
Puede que el amor no existiera en realidad, puede que sólo fuera una farsa, puede que sus libros lo estuvieran inventando. Ella no sabía cuándo reconocería al amor, ¿temblaría la tierra bajo sus pies? ¿Se daría su voz a la fuga? Creyó que lo había encontrado, ahora sabía que no era cierto. Un terremoto casual bajo sus pies aquel día. Una gripe no muy bien curada tal vez. Pero, ¿cómo iba ella a saberlo? Sus libros se lo habían dicho. Recordaba que decían, “Quiero ser tuyo” “¿Eres mía?” o “Cariño, soy tuyo” no, eso no lo decían, eso lo cantaban.
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