−¿Qué es el arte?
Aquella pregunta lo perseguía, lo inundaba todo y se había arrastrado por su garganta hasta enredarse entre sus tripas. ¿Qué es el arte? se preguntaba cada mañana al despertar, y volvía a preguntárselo cada noche al acostarse.
Dedicaba su vida a resolver aquella cuestión endemoniada. Había mil respuestas posibles y aceptables, que cualquier otra persona consideraría cabales. No él. Él requería una única solución al enigma, algo que permitiera apagar la duda que le picaba en lo más hondo del vientre, pero por desgracia aún no la había encontrado.
Es cuestión de tiempo, se decía, y asentía para sí con la convicción de un ciego, sólo para seguir buscando. Había almacenado una cantidad tan grande de libros de arte que resultaba ridícula: había libros por todas partes. El pequeño y sucio apartamento donde vivía estaba plagado de ellos, colonizaban estanterías y mesas y se desperdigaban por el suelo con total desparpajo. Eran libros obscenos, casi sacrílegos para él, pues abogaban por definiciones del arte tales como que "se trataba de cualquier creación humana hecha para expresar una idea", o similares.
¡Absurdo! ¿Es que acaso no había arte en las delicadas gotas de rocío que se desperdigaban en la hierba por la mañana? ¿O en las curvas suaves del cuerpo de una mujer? ¿¡No era para ellos arte, el susurro del viento ni el blanco de la Luna!? Para él, el arte no tenía por qué estar creado por el hombre: cualquier cosa podía ser arte.
Al mismo tiempo, no todo podía ser arte. ¿Qué había de artístico en, por ejemplo, tener un chicle pegado al zapato o estornudar? No, no, no. Estaba seguro de que aquello no era arte.
Así pues, si cualquier cosa podía ser arte, pero al mismo tiempo no todo podía ser arte, ¿qué era el arte? Quizás todo fuera arte en cierto modo, ¿pero de verdad podía encontrarse el arte en algo tan mundano y repugnante como, por ejemplo, los excrementos o las cucarachas?
Todo es arte, pensó. Pero nada es arte, pensó después.
¿Y quién era él, en cualquier caso, para juzgar qué era arte?
−¿Qué es el arte? −se preguntó en voz alta nada más despertarse, apenas abrió los ojos.
Exhaló un suspiro profundo, de los que nacen del vientre. Después se incorporó y descorrió las cortinas. Abrió la ventana muy despacio, y se arrojó al vacío sin pensarlo mucho.
¿El asfalto es arte?
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales