Descansando bocabajo
Por Liteteti
Enviado el 21/07/2016, clasificado en Amor / Románticos
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Las olas del mar me saludan y me invitan a acompañarlas en el vals que llevan todo el día bailando. Mientras considero si lanzarme al agua sería una buena opción, miro hacia mi alrededor. En mi izquierda, arena, sombrillas azules y toallas de todos colores. A mi derecha, más arena, un grupo de jóvenes que juegan al fútbol, un chiringuito y ella, tomando el sol bocabajo, con la parte superior del biquini desatada, para evitar el trazo blanco que tanta rabia le da.
Le propongo ir a bañarnos, pues el calor es insoportable. Me pide que le anude el biquini y yo, más que contento, me siento encima de su trasero y se lo ato. Nos levantamos y, cogidos de la mano, vamos hacia el agua. Ella me salpica juguetonamente y yo, la cojo de los brazos y la tiro repentinamente al agua. Una vez los dos estamos dentro del mar, no podemos dejar de mirarnos. Sus ojos, su boca, su sonrisa. Sin darnos cuenta, nos hemos alejado de las toallas. Nos toca nadar a contracorriente, superando los problemas, las opiniones, los rumores, las envidias, que no solamente complican nuestro avance, sino que también nos tiran hacia atrás. Ella me coge de los hombros y me anima a seguir nadando.
Llego a la toalla agotado y me tumbo bocabajo. Sorprendentemente, ella se tumba encima de mí, bocabajo también. Intenta hacerme cosquillas y lo consigue, hasta que le cojo las manos y no se las suelto. Aquí te tengo, no te escaparás. Te necesito, te quiero. Soy tan feliz en este momento, sintiendo que su respiración se acuerda rítmicamente con la mía, formando la melodía más romántica y tranquila que he escuchado nunca. Estamos cerca, en contacto, pensando en qué estará pensando el otro, pero los dos, con una indudable cara de felicidad.
Miro el móvil, que también reposaba junto al suyo en la toalla, bocabajo. “Son las siete, deberíamos irnos” pensamos los dos.
Y así es, me despierto sin arena, sin agua, sin chiringuito y sin ella. Ahora somos amigos, muy buenos amigos, pero nada más que amigos. ¿Debería contarle lo que he soñado? ¿Debería decirle lo que realmente siento por ella?
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