CUANDO TE ENCONTRÉ (2)
Por AlejandraMP
Enviado el 30/07/2016, clasificado en Amor / Románticos
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ALEXANDRA
Los días estaban resultando algo difíciles para Alexandra. Nunca había sentido por nadie lo que sentía por Ethan y eso la asustaba. Deseaba tenerlo cerca, perderse en sus ojos verdosos, pero también tenía miedo de ser demasiado niña, de no saber ocultar lo que su corazón deseaba gritar. Seguro que él estaba acostumbrado a estar con chicas de su edad y de la de Óscar, más mayores, con más experiencia que ella que sólo tenía diecisiete años. Se sentía todavía más pequeña y torpe de lo que era cuando él estaba cerca. Y, sin embargo, él era tan simpático, siempre le sonreía, intentaba ayudarla siempre en cualquier cosa, la hacia sentirse especial.
Alexandra se moría porque la besara, soñaba con ese momento, con el roce de sus labios. "Dios, es que Ethan era tan hermoso, y sexy" pensaba para ella misma en la soledad de su habitación, sabiendo que él estaba a solo unos pasos de ella. Alexandra no era tonta, notaba la manera en que él la miraba, ella sabía que sus miradas eran de hombre, de un hombre cuando desea a una mujer. Y ella se ruborizaba e intentaba disimular su vergüenza adolescente mirando hacia otro sitio, se escabullía como podía de aquellos ojos profundos que hacían que se le acelerara el corazón.
El primer día que fueron a la playa, Alexandra se puso un bikini turquesa con pequeñas palmeritas de color verde lima, su túnica hippie y su bolsa de crochet al hombro. Se recogió el pelo en una gruesa trenza y se puso sus chanclas. Después se dirigió al salón donde la estaban esperando Natasha, que se había apuntado al plan, y la prima de ésta, una chica que se llamaba Marta y que se veía mayor que ellas.
Marta iba a pasar unas semanas con su prima. Tenía el pelo muy oscuro, rizado, los ojos castaños y era... llamativa podría ser la palabra adecuada, además de voluptuosa.
Fueron los cinco caminado a la playa que estaba muy cerca de la casa de Alexandra. Las chicas delante, los chicos detrás de ellas. Óscar le iba diciendo a Ethan que también había quedado con unos colegas en la playa. A Alexandra le pareció que Ethan iba más serio que en otras ocasiones.
- "Tienes suerte de tener en casa dos hombres como esos, ¿no te parece?" Le preguntó Marta mientras señalaba hacia atrás, "Levantarte por la mañana y verlos en tu cocina debe ser un gustazo" Alexandra no dijo nada, solo le sonrió sin ganas porque había algo en Marta que no le gustaba, no terminaba de confiar en ella.
Cuando llegaron a la playa colocaron las toallas y los chicos pusieron las dos sombrillas que llevaban. Ethan se quitó la camiseta y Alexandra se quedó muda, mirando aquel pecho delgado y musculoso, pero no solo ella... Marta también. Y no podía culparla porque si Ethan vestido era guapo, Ethan en bañador era espectacular. Rápidamente apartó la mirada porque él la había pillado, pero su expresión ya no era seria, sonreía cómo divertido.
Alexandra se tendió en su toalla y Natasha se acercó a ella y se tendió a su lado.
- "Alex ¿te has dado cuenta como te mira Ethan? Te comería con los ojos si pudiera, o mejor dicho si tu hermano lo dejara" se carcajeo Natasha.
- "Pues ahora parece que está muy entretenido mirando la espalda de tu prima" le contestó Alexandra observando cómo Marta juntaba los pechos en aquel bikini rojo, que a ella le parecía que le quedaba demasido pequeña la parte de arriba.
- "Ella es así, pero no te preocupes, hazme caso a mí. Sé que le gustas a Ethan, no ha dejado de mirarte". Natasha se levantó y tiró de su amiga para arrastrarla al agua. Los demás también las siguieron.
Se bañaron, bromearon y Alexandra veía como Marta se lanzaba a por su hermano o a por Ethan, bueno la chica no era tonta desde luego. Decidió salir del agua porque estaba comenzando a tener frío. Se agachó para coger otra toalla de su bolsa y se relió en ella. De pronto vio que Ethan se acercaba y venía solo. Se plantó frente a ella.
Se sacudió el pelo de agua y sin querer salpicó a Alexandra con unas cuantas gotas. Era la visión más seductora que ella había visto nunca. Ethan se acercó un poco más y alargó la mano para quitarle las gotitas acariciando su mejilla con el pulgar. Ethan se demoró más de lo necesario y en esos segundos que pasaron, los dos se estuvieron mirando a los ojos pero fue Alexandra la que bajó la cabeza avergonzada. "Adorable" pensó Ethan para sí mismo.
-"¿Te apetece un refresco? ¿Quieres acompañarme a comprarlo?" Le preguntó él sonriendo. De pronto, Alexandra sintió mucho calor, seguro que había tomado demasido el sol. Tuvo miedo de que él pudiera oír los latidos de su corazón.
- "De acuerdo". Y ella también le sonrió dulcemente.
ETHAN
Cada vez se alegraba más de haber aceptado la invitación de Óscar. La familia de su amigo era maravillosa, una verdadera familia, lo que él nunca había tenido. Pero sobre todo se alegraba porque la había conocido a ella. Alexandra llenaba con su presencia y su sonrisa todos los vacíos que él tenía en el alma. Él había conocido a muchas mujeres a lo largo de sus veintiún años, a pesar de su juventud.
Se sentía abrumado por la grandeza de esos sentimientos tan nuevos para él.
Cuando la vio en la playa en bikini, saliendo del agua como una diosa, entre las olas, pensó que era lo más bonito que había visto nunca y no pudo apartar los ojos de ella, de su cuerpo, porque aunque solo tuviera diecisiete años, aquella chiquilla era una mujer y tenía todo lo que a él le gustaba: curvas justas, pecho justo, era perfecta, se moria por probar aquellos labios rosados y carnosos, no sabía cuanto tiempo más podría resistirse. También se dio cuenta de que a ella le pasaba lo mismo, era mutuo.Ethan sabía que Alexandra se sentia atraída por él.
No le gustó cuando Marta le pidió, con una risita, que le extendiera la crema en la espalda porque sabía que Alexandra los estaba viendo de reojo, pero tampoco quería resultar desagradable. Probablemente, en otro momento de su vida, antes de conocer a la hermana de su amigo, Ethan le hubiera seguido el rollo a Marta, pero no ahora, nunca después de conocer a Alexandra, debía tener mucho cuidado con ella, no quería herir su corazón joven de ninguna manera.
Quería probar a estar un rato a solas con ella y hablar, para conocerse mejor, así que se acercó sacudiéndose el agua del pelo y sin querer salpicó a Alexandra algunas gotas de agua en la mejilla. Él le arrastró las gotas con el pulgar. El contacto fue electrizante para los dos, ella cerró los ojos y bajó la mirada, y después Ethan le propuso ir por unos refrescos dando un paseo. Sintió que le estallaba el pecho de alegría cuando ella, sonriendo, le dijo que sí. Y se fueron muy juntos caminando por la orilla, hablando y riendo, en un hermoso atardecer del mes de Julio.
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